"Diario de un Extraño"

Capítulo III: "Ayudas Inesperadas"

Todavía congelado con aquel suceso, traté de volver una vez más a la realidad, y ante mis ojos... Se encontraba mi padre, aquella persona fuerte, que admiro demasiado, y que siempre daba lo mejor de si a pesar de las adversidades, mi ejemplo a seguir, mi único apoyo "real" estaba allí, colgado de una soga; no pudo soportar los duros momentos que estábamos afrontando, no aguantó perder a su único amor... Y en estos instantes, una ráfaga de visiones y recuerdos acechó mi consciencia, todo fue tan rápido... ¡Esto no puede estar pasando! Exclamé, mis ojos se llenaron de rabia y de una profunda tristeza... ¿Qué estaré pagando?¿Qué habría hecho tan mal para que la vida me lo esté cobrando de esta forma? Sólo caí de rodillas y con la mayor de mis fuerzas golpeaba mi pecho una y otra vez... Me sentía destruido, vacío y completamente sólo, pasaron unos minutos y reaccioné nuevamente, ví la nota que se encontraba al costado de papá y junto a ella, un... ¿Puñal?

Antes de proceder a leer la nota, tomé aquel puñal y me pregunté: -¿Qué carajo puede hacer un puñal al lado de una escena de muerte y una nota posiblemente suicida?- Tantas dudas llegaron a mi en ese momento, pero mi mente por otro lado me decía que podría resolver algo si leía la nota... Así que decidí irme a un lugar lejano, tomé mi bolso y allí guardé una pluma, mi diario (obviamente), ese puñal y la nota misteriosa, sin embargo, decidí antes llamar a la policía para que ellos investigaran todo esto, prontamente acudieron a mi casa y se notaba en sus rostros el asombro al enterarse de todo lo que sucedía, a lo que el jefe de policía me dijo: -Hey chico, examinaremos todo el perímetro a ver que logramos encontrar, y tú... ¿Qué harás?- A lo que respondí: -Buscaré ayuda, necesito aclarar algunas cosas y encontrar algunas pistas- Estaba pálido y muy nervioso, me encontraba sudando... Pues si los policías revisaba mi maleta podrían sospechar de mí, ya que allí tenía el arma que encontré en la escena del suicidio... Mientras, aquel oficial me respondió tranquilamente: -Cuídate chico, si encuentras algo o necesitas ayuda, no dudes en buscarme. Soy Mike, oficial de policía de la región, un gusto.-

Me sentí un poco más tranquilo al saber que no enfrentaría sólo todo esto, así que tomé mis cosas, mi celular y mi bici y partí hacia mi destino...

Ya habían pasado como dos horas desde que salí de casa, sólo pensaba en alejarme cada vez más y escapar de la realidad... Este es el lugar perfecto, me dije, así que busqué un sitio cómodo en donde pudiera leer, pensar y si era el caso... Escribir... Encontré entonces una pequeña colina que tenía un inmenso árbol y a su costado, una casita, tomé asiento bajo la sombra y saqué de mi mochila aquel puñal junto a la nota, respiré profundamente y suspiré... Tenía mucho miedo de lo que pudiera estar escrito en aquel trozo de papel, pero me llené de valentía y abrí la nota... Las palabras que estaban allí plasmadas decían:

"¡HIJO! En verdad lo siento, soy una persona muy débil... Espero que algún día me perdones por lo que te hice, quiero que llegues al final de todo esto, que acabes con este sufrimiento y hagas justicia... A veces, la vida es muy injusta con quien menos lo merece, ¡En estos momentos lo es contigo! Pero son experiencias que te harán más fuerte en el futuro... Siempre estaré orgulloso de ti, y desde el lugar donde me encuentre siempre cuidaré de ti, yo cuidaré también a tu mamá, estaremos descansando por siempre... ¡Juntos! Gracias por existir en nuestras vidas... Serás alguien grande, disfruta la vida al máximo, afronta con valentía tus problemas, sonríe siempre, sé feliz, no te ilusiones NUNCA, no dejes que tu orgullo te haga perder a personas que puedas extrañar en un futuro, y por último... Siempre sigue hacia adelante. ¡Confío en ti! Con amor, Papá...

Estaba totalmente asombrado. Lágrimas escurrían por mis mejillas, Pero mi corazón se llenaba de calor y de fuerza, ahora todo sería diferente... Mi pensamiento tenía un único fin "TOMAR JUSTICIA"... Lleno de sentimiento, tomé nuevamente aquella carta y el puñal, los puse de nuevo en mi mochila, y cuando estaba a punto de partir, una voz tierna y calurosa me detuvo... - Yo puedo ayudarte en todo esto.- Susurró aquella chica... Sé algunas cosas sobre ti y sé cuál es tu objetivo... Yo puedo darte algunas pistas para lograr llegar al final...

Gracias a todos los lectores, si tienen alguna crítica o alguna idea, sólo déjala en un comentario... Sería gran ayuda, esperen muy pronto el capítulo IV.