Starkquill

Tranquilidad.

Tony estaba con Groot esperando por Peter y el resto de los guardianes, en ese momento se encontraban en Xandar, así que Stark había estado de lo más entretenido en el distrito comercial del bello planeta.

A lo lejos veía a los padres que cuidaban a sus pequeños y cada que ocurria eso, sus inquietudes volvían ¿sería un buen padre?, ¿sabría cuidar de alguién más?, ¿sabría alejarse de los errores de su padre y de sus vicios?.

Era un desastre andante y lo sabía, tal vez no tener un hijo había sido su mejor idea en el mundo.

-Yo soy Groot.
-No estoy triste Groot.
-Yo soy Groot.
-Tampoco estoy enfermo
-¿Yo soy Groot?
-Estoy...pensativo, pero no es nada malo, lo aseguro, oh mira, ahí vienen.

Todos se reunieron y se dispusieron a buscar un buen lugar para comer, iban animados charlando sobre regresar a la tierra, pero Peter siempre atento, noto que Tony iba distraido y demasiado callado.

-Muy bien ¿qué pasa?
-¿De qué hablas?
-Tony.
-No es nada.

-Seras un padre estupendo algún día.

El rubio beso la mejilla de su esposo y lo tomo de la mano, transmitiendo todo su amor y apoyo a Tony, quien seguía sorprendiéndose por el hecho de que Peter casi pudiera leer su mente, sin embargo también le daba tranquilidad saber que era entendido siempre.

Por primera vez en su vida, estaba seguro de que podría cumplir esa tarea, siempre y cuando Peter Quill estuviera a su lado.