Pero es mi destino;
Don't smile on me;
Light on me;
Porque no puedo ir hacia ti.
La sorpresa invadió mi ser y más aún cuando mi buen amigo dijo que nos daría tiempo para conocernos y atravesó tan rápido la puerta acolchada que ni tiendo de replicar tuve.
- ¿Cuánto pagaste?
Lo miré con los ojos entrecerrados, esperando a ver su reacción y la vergüenza de su parte.
- Lo suficiente como para que no hagas ese tipo de preguntas. - Dijo el chico no-suicida y tomándome de la muñeca me arrastro hacia uno de los pequeños boxes de tela.A comparación de los demás, este se encontraba acompañado de diversos tragos multicolores y un cenicero amargo. Me empujó hacia uno de los asientos blancos y acto seguido de sentó frente a mi, con las piernas finamente cruzadas, pude caer en la cuenta lo largas y firmes que eran.
Lo miré desconcertada una vez más, si bien es cierto no era la primera vez que hacía de acompañante pero, me resultaba extraño que alguien tan joven pudiera pagar las exigencias de Antón.
- Dígame señorita April ¿Cuáles son los motivos para no recurrir al suicidio?
Abrí los ojos como platos y lo miré de hito a hito ¿Era esto una prueba para algo? ¿Él me estaba poniendo a prueba?
- Eres guapo y tienes dinero - Por lo que veo.- No creo que necesites que te diga lo demás. - Me crucé de brazos y lo miré directamente a los ojos.
Una sonrisa ladeada se asomó en sus labios. En medio de la penumbra y de las luces de colores, su rostro aun parecía irreal, todo él parecía sacado de un póster de revista.
- Eres muy intrépida. Pero no he pagado por eso.
- Crees que puedes obtener todo lo que quiere con dinero, bien. - Lo afirmaba.
- En la medida de lo correcto, sí.
- ¿Entonces que debo ser?
- Mía por esta noche.
Sus piernas se desdoblaron y me tendió una mano. Al ver que me encontraba dudosa en tomarla o no, su mirada cambio de la falsa tranquilidad a la ira real. Infundada por la premisa de "El cliente siempre tiene la razón" tomé la mano que me tendía, me tambalee un poco y antes que pudiera caer en sus brazos mi cuerpo se estabilizó. Tomé su gélida mano con delicadeza, era tan suave que la textura era parecida la piel de cebolla.
Caminamos en medio de los demás stands, en medio de algunas miradas discretas y muchas dudas por delante. Atravesamos una de las puertas trampa y dimos al oscuro pasaje que desembocaba en la parte externa, el chico no-suicida me siguió arrastrando hasta el unos metros más, hasta que llegamos a la entrada del muelle.
Pude reconocer a algunos muchachos de la universidad en la entrada del antro, me cubrí el rostro con el cabello y traté de hacer como si nada.
- Si te importara lo que piensan realmente de ti, no harías esto. - Dijo él a modo de susurro. No recuerdo ni en que momento pero unos grandes lentes oscuros ya estaban cubriendo la mayor parte de su rostro.
De alguna manera, él tenía razón. Me importaba muy poco lo que los demás pensaran o murmuraran sobre mi. No es como si tratara de ocultar muchas de las cosas que hago pero por el momento no podía dejar que alguien tuviera pruebas de las malas decisiones que había tomado, al menos hasta que pudiera ir tan lejos como para que mis padres no puedan padecer por las pericias de su hija.
- Quítate los zapatos
Sus palabras hicieron que mi cerebro volviera a la realidad y dejara de lado mis cavilaciones. Ya habíamos llegado al limite de la acera y la arena, así que asumí su deseo de andar sobre ella. Me quité los zapatos y los tendí en mi mano izquierda.
Vi como el hacía lo mismo con los suyos y esta vez su paso fue en solitario, no me había arrastrado tras él. Me quité unos cuantos mechones que el viento había asomado en mi rostro y con dificultad le seguí el paso; era extraño sentir la arena meterse entre mis dedos.
Él siguió avanzando hasta llegar muy a la orilla del mar, casi al punto de mojarse. Desde donde me encontraba solo podía ver si amplia espalda y sus pantalones blancos ya mojados en las bastas. Como pude logré llegar a donde estaba y él solo atinó a seguir mirando la profundidad de la noche.
- ¿No te parece que este es el lugar perfecto para morir? - Preguntó él, aún mirando al vacío.
- De hecho sí, pero si quieres ser original te sugiero tomar otro camino.
- Prefiero entrar en la muchedumbre.
Lo miré, esta vez tratando de buscar más allá de lo que sus palabras me permitían llegar. Su rostro estaba en perfecto estado pasivo, sin ninguna expresión a la luz. Nunca había visto a alguien lograr tan estado abstracto en el rostro, era cautivador.
De inmediato, volteó el rostro y me con una ceja levantada me pescó mirándolo atontadamente. Mi rostro palideció y comenzó a tornarse caliente, su mirada comenzó a descender, desde mi rostro a hasta la punta de mis dedos bañados en arena.
- Dado que me voy a ir al infierno, puedo darme ciertos lujos.
Sin darme tiempo para pensar en que decir o como reaccionar, tomó mi rostro entre sus niveas manos y estampó un beso en mis labios, mis ojos se abrieron como platos y mis labios se tensaron. Su beso comenzó duro y sacrificado, para luego pasar al amoldado placer y a la perfecta sincronización de los míos.
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Love Maze
FanfictionEl lugar inesperado. La persona inadecuada. Ningún momento es el correcto para perseguir al amor. Hoseok nunca espero encontrar a la mujer de sus sueños en el lugar en donde se supone que iba a terminar con su vida.