|TENEMOS QUE ARREGLAR ESTO| 3

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— Okey, okey, okey, tenemos que arreglar esto —dije sin parar de caminar de un lado a otro.

— Si, pero primero sientate, me estresas —gruño— ¿Qué tal si lo buscamos en Google? —opinó.

— Oh, si claro, busquemos en Google: Solución a cambio de cuerpos con tu idiota amigo —expresé sarcastica.

— ¿Por qué no?, todo está en Google, no creo que seamos los primeros en cambiar de cuerpos.

Marco empezó a teclear en la computadora y diez minutos después hablo:

— Mira, mira —dijo eseñandome un artículo de internet— Extraño e increíble caso de una pareja en Canadá —comenzó a leer—: Jules Gagnon y Owen Smith son los protagonistas de este hecho tan peculiar. Ellos aseguran haber cambiado de cuerpos por varios meses, extraño, ¿no?, la gente de su pueblo aseguran que están locos, pero usted, ¿Qué opina?

Nos quedamos unos segundos sin hablar hasta que Marco rompió el silencio:

— Tenemos que ir con ellos

— Imposible viven en Canadá y nosotros en México, es imposible, mejor hay que enviarles un e-mail, mira aquí esta su correo —dije apuntando con el mouse a su correo.

Rápidamente empecé a escribirles un e-mail:

Buenas Tardes Sra. Jules Gagnon y Sr. Owen Smith, nos hemos enterado de la situación por la cual pasaron hace unos años, y a mi amigo y a mi nos ha pasado lo mismo, ¿podrían ayudarnos a solucionar el problema, por favor?

Atte: Alisson West.

Ahora a esperar a que respondan —dije en un gran suspiro.

Después de dos horas ellos contestaron mi e-mail:

Buenas tardes Alisson, efectivamente mi esposo y yo sufrimos esa situación hace varios años, lamentablemente no creo que pueda ayudarte en mucho, solo se que el cambio de cuerpos sucede por un gran y repentino cambio de emociones y en cuestión a la "solución" no tengo idea de nada, un día solo desperté en mi cuerpo...

Atte: Jules Gagnon.

Un repentino cambio de emociones —dije para mi misma.

— ¡Claro! —exclamó Marco— en el día del bar hubieron muchas emociones como nerviosismo, enojo, y luego al fi-fi-na...

— Me besaste —exclamé.

A lo que el se puso muy nervioso e incomodó.

— S-si, solo lo hice po-porque no te callabas —dijo evidentemente nervioso.

Ajá, si.

— ¿Okey?

Entonces empecé a unir las piezas del rompecabezas, si todo esto empezó con emociones fuertes, esto acabaría con emociones fuertes, ¿no?

Cambio de papeles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora