Como el Viento

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RuHana


Kaede Rukawa no entendía lo que pasaba: muchas veces lo había visto, era cierto, pero lo que no había visto y aún no comprendía era la reacción que tenía su compañero de equipo.


Desde cuándo que venía ocurriendo lo mismo? Ya no lo recordaba, sólo sabía que ese pelirrojo lo quedaba mirando y él de reojo lo observaba también, podía tomarse como que el autodenominado Tensai estuviera asombrado por sus jugadas impecables y dignas de cualquier envidia y adoración hacia su persona; pero desde hace un tiempo cada vez que ambos se miraban de esa manera y Sakuragi se daba cuenta que lo habían descubierto, apartaba su vista inmediatamente, pero con un fuerte rubor en el rostro.

Cuando observó su reacción la primera vez pensó que habían sido ideas suyas, pero el paso del tiempo no le hizo sino confirmar que de verdad había pasado y con eso trajo un mar de dudas que aún no era capaz de disipar.

Dejó de pensar sólo para darse cuenta de que lo habían dejado solo en la duela; no, no era verdad, alguien más estaba en el gimnasio, sólo podía sentir su presencia, no podía verlo y menos aún con las luces apagadas.

Cesaron sus movimientos al darse cuenta de la oscuridad del gimnasio y se fue al camerín siempre seguido por esa sombra que, aunque aún no sabía de quién se trataba, no le incomodaba en lo absoluto, se fue a su casa con la presencia siguiéndole.

Al día siguiente pudo constatar de quien se trataba: era obvio que el pelirrojo lo había estado espiando hasta que llegó a su casa, era de esperarse por las miradas que le propinaba.

Pasó el tiempo y los dos se vieron envueltos en una rutina que empezaba a ser asfixiante para cierto chico de ojos zorrunos quien al darse ya por harto siguió al do'aho después de que éste lo "dejara" en su residencia y lo encaró así sin más cuando éste cerraba la puerta de su casa.


- Kitsune, qué haces aquí?

- Doaho, tengo que hablar contigo de algo. Toma– le pasó un papel doblado.– Léelo – Sakuragi leyó algo que decía así.


Como el viento te deslizas detrás de mí
No puedo mirarte, pero sé que estás ahí
Por qué no te acercas y me provocas?
Puedo sentir que me ahogas

A cada instante me pregunto
Es que me tienes miedo o es que me odias hasta cierto punto?

No puedo seguir en esta tortura
Quiero saber lo que me dirá una gitana acerca de mi fortuna
Para que, si sale buena con respecto a ti,
Sea capaz de apoderarme de ti

No quiero seguir sintiéndote así
Quiero que de una vez por todas seas para mí
Para que nunca como el viento te vuelvas a deslizar
Y para que después de tantos días por fin te pueda abrazar.


- Rukawa, qué es esto?

- Es un poema dedicado a ti para que tomes valor a encarar los sentimientos que los dos sentimos por el otro.

- Rukawa, estás equivocado, yo no siento eso por ti.

- No mientas, Hanamichi, sé bien lo que sientes por mí.

- No, Rukawa, eres tú el que no entiende: estoy enamorado de Haruko que es mi prometida.

- Quién es Haruko??- lo interrumpió sin querer sentirse un poquito celoso.

Hana recordó de golpe que el zorro pasaba de todas las chicas ya que lo había espiado durante mucho tiempo.

- Es la hermana menor del capitán Akagi, ella y todas las chicas suspiran por ti.

- Ella también??- no podía creer que su do'aho sufriera por amor.

- Sí y como Haruko siempre me lo saca en cara sentí envidia y decidí espiarte para saber qué te hacía tan popular entre las chicas, pero no encontré nada que no fuera lo común de los jóvenes. Haruko te quiere como jugador.

- Y tú??- quiso saber curioso.

- Ya te lo dije: tú no me interesas sólo eres un compañero más del equipo, yo amo a Haruko como ella me ama a mí.

- Entonces por qué el capitán te trata de esa manera?

- Es sólo para despistar, en realidad nos llevamos muy bien. Haruko y yo queremos casarnos.

- Q-qué!?

- Sí, queremos casarnos, el problema es que como somos menores de edad debemos esperar.

- O sea que tengo posibilidad- dijo esperanzado.

- Ya lo dije no te amo y nunca lo haré, así que te ruego por favor que te vayas.

- Quién es, amor?

- T-tú!?

- Hola, Rukawa-san, veo que ya conoces nuestro secreto. Por favor no se lo digas a nadie, vale?

- Así que es verdad. Bueno me voy, ya no tengo nada que hacer aquí.


El cuerpo pesado de Kaede se aleja lentamente, la pareja se besa mientras lo ve marcharse.


Fin


N. de la A: No sé cómo me salió, lo único que tenía preparado era el poema, la explicación de Hana en grueso y la duda de si ponía o no a Haruko en el diálogo.......Sólo es algo que quería hacer desde hace mucho tiempo y es que en verdad lo que me carga de los RuHana es que Sakuragi le responde "y yo también" cuando el zorro se le declara, o sea, a Hana le cuesta tanto y a Ru tan poco que eso es lo que me da rabia y le quise dar una lección al kitsune, después de todo "el que quiere celeste que le cueste".

El que quiere celeste que le cueste, RU-KA-WADonde viven las historias. Descúbrelo ahora