PROLOGO

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PEORIA, ILSEPTIEMBRE 1765

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PEORIA, IL
SEPTIEMBRE 1765

Era un día nublado de otoño, a punto de atardecer; se escuchaba el viento golpear contra los árboles y la brisa comenzaba a descender.

Todo se notaba normal como cualquier día, fresco y silencioso. Sale como de costumbre a tomar un poco de fresco al jardín en la mesa de estar. Se escucha una voz a lo lejos.

—Sean, la comida está lista —se escucha la voz de una mujer no muy lejos.
—Si cariño, enseguida voy —.

Se queda observando un par de minutos como el sol desciende y el atardecer llega a su punto de desaparición. Todo se ve normal como suele ser en esas fechas, se levanta, sacude sus vaqueros para deshacerse de las hojas de árbol que yacen en el. Va caminando al cobertizo cuando un viento abrasador logra llamar su atención.

Las nubes oscuras cubren el cielo en una manera extremadamente extraña, no lograba identificar el suceso; se quedo observando cómo el cielo se tiña de negro y las luces de la calle desaparecen.

Las luces dentro de las nubes, como rayos o como cuando los truenos estallan, el viento se tranquiliza un par de segundos y eleva fuerza.

Todo comienza a mecerse por la intensidad del viento, sube su codo para cubrir su rostro; casi no puede enfocar la vista. Logra observar un círculo deslumbrante por encima suyo, el viento gira alrededor de la casa. Una luz cegadora baja como un rayo tan esplendoroso y brillante bajara a tocar el suelo de los mortales.

Al hacer contacto provoca una onda que lo eleva, lanzándolo unos cuantos metros de distancia; le es imposible levantarse se sentía aferrado al suelo, cual metal al iman.

Escucha un grito dentro de su casa, trata de levantarse pero le es inútil, cada esfuerzo es en vano. La esplendorosa luz desaparece, desvaneciéndose entre el cielo y cables de electricidad.

Se levanta y corre al cobertizo de la casa, la puerta se encuentra cerrada pero escucha ruidos. Escucha el grito de nuevo, golpea la puerta como puede hasta que consigue hacerle un orificio.

Ingresa la mano, retira el candado, abre la puerta y descubre que la casa esta destrozada. Busca a su esposa en todos los sitios, pero le es inútil. Sube al segundo piso cuando escucha el grito de nuevo, abre la puerta y ve a su esposa en el suelo pero no estaba sola.

Una criatura que podría ser humano o eso aparentaba, la sujetaba de ambas piernas con una mano tan larga que podía dar varias vueltas. La criatura lo miro a los ojos, pero con la oscuridad de la casa apenas se le distinguía el rostro.

—¡Sean! No dejes que me lleve —Sus lágrimas inundaban sus mejillas, se movía con desesperación, Sean se queda congelado por lo que está viendo —¡POR FAVOR! —.

La sujeta por los brazos mientras la críatura sale por la ventana y jala a la pobre mujer contra su voluntad. Sean se aferra a ella, para evitar que salga por esa ventana. Se aferra a sus brazos y piernas al marco de la ventana, se rompe el marco y salen los dos. Todo yacía oscuro, la criatura se paro en la chimenea, extendió dos largas alas y en posición de vuelo.

Sean aferrado a su esposa pero no fue suficiente justo antes de que la criatura despegará lo punzo con su otra mano dejándolo inmóvil. Solo pudo observar a su esposa alejarse entre las nubes sin poder moverse.

Raeken © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora