Separados. (Kuran Kaname y Tú)

Capítulo once.

Me marché de esa habitación con el corazón destrozado, aguantando las lágrimas que amenazaban con derramarse en mi rostro. Intento unir las piezas del rompecabezas para entender el comportamiento de Kaname hace un momento, pero para mí, ya nada encaja. Siento que estoy viviendo una vida de mentira, que todo es falso, que estoy viviendo un sueño y que pronto despertare de esta pesadilla. Tengo tantas preguntas, pero ninguna de ellas tiene una respuesta concreta. Me cansé, sí. Ya me cansé de ser tratada como una niña, que me oculten cosas y hablen cosas a mis espaldas, necesito respuestas y las conseguiré a como de lugar.

Primera parada, Yuuki.

(***)

— Kaname, ¿puedo hacerte una pregunta? -soltó la de cabellos cortos.

— No estoy de ánimos en estos momentos para tus preguntas, pero adelante… -suspiró arduamente el de ojos granate. Sentía una opresión en su pecho. El haber tratado así a su pequeña _____ le dolía como el infierno, pero era la única manera de mantenerla a salvo. Estar cerca de ella significaba peligro, y lo que menos necesita ella, es eso, peligro.

— ¿Por qué fuiste así con ____? Y por favor, no me evadas. Soy tu hermana y sabes que puedes confiar en mí.

— Hace unos días no eras alguien en quién necesariamente se podía confiar…

— ¡Kaname! Por favor, ya pedí disculpas, me hiciste darme cuenta de los errores que he cometido durante  mucho tiempo, y ahora estoy tratando de remediarlos… -Yuuki suspiró y se tocó el pecho con una de sus manos y apretó ligeramente. Aún le dolía el comportamiento que había tenido con su hermanita durante mucho tiempo. Kaname se dio cuenta de que sufría y en parte de sentía complacido, pero después de todo Yuuki era su hermana. Se acercó a ella y le brindo un abrazo fraternal.

Yuuki, sorprendida por el acto de su frívolo hermano, también correspondió el abrazo. Mientras los segundos avanzaban, Yuuki, lo único que tenía en mente era ayudar a su pequeña hermana y su hermano mayor a ser felices, a tener la vida que les correspondía tener.

— Bien. -Kaname deshizo el abrazo y se sentó en la silla que daba la vista de la Clase Diurna.- Este último tiempo, _____ ha presentado muchos indicios de su transformación a sangre pura y no es por darte una estaca en el corazón, pero entre esas oportunidades, has estado involucrada tú. Mi mayor miedo en este mundo es que ella se transforme aún no estando preparada para ello y de que sufra, aunque sé que así será. Y es por eso que he decidido alejarme de ella por un tiempo, es mejor así. Podré tomarme mi tiempo y prepararla desde lejos.

— Debo decirte algo… Cuando intente controlar la transformación de ____ , me di cuenta de algo y creo que tu no estás del todo informado… Había algo que evitaba la transformación al cien por cien. Intenté indagar luego de que todo pasó el porque no funcionó y después de investigar, llegué a la conclusión de que sólo hay una manera en la que ella pueda transformarse por completo y sin dolor alguno… -El rostro de la chica se volvió completamente rojo, el hablar esto con su hermano la avergonzaba, pero quería ser de ayuda.

— ¿Cuál? He investigado también y… -Yuuki lo interrumpió.

— Tienes que hacerla tuya y darle de beber tu sangre durante la acción, Kaname.

(***)

Necesitaba aire puro para pensar y relajarme, aunque sea por un momento. La mejor opción era ir un poco más adentro del bosque, donde más allá había un río realmente precioso con unas aguas totalmente azul cristalina. Al llegar, me senté en frente apoyada en un árbol que yacía en frente del río y me relaje unos segundos.

— ¿____? ¿Qué haces aquí? ¡Tanto tiempo que no te veía! -me sobresalte al escuchar la voz de un hombre. Pensé que podría ser alguien de la Academia que había venido en mi búsqueda, pero cuando alce la mirada para ver quién era el dueño de esa voz, me encontré con un chico de pelo negro y ojos dorados. Era hermoso.

— No quiero ser descortés, ni nada, pero ¿quién eres? -el chico frunció el seño y luego lanzó una carcajada de burla.

— Ya veo, estás bromeando conmigo. Al principio caí, lo reconozco. -me miró y en mi cara se reflejaba la confusión.- Espera… ¿De verdad no te acuerdas de mí? ¡Soy Keita! Tu amigo peludo… ¡El único lobo que tiene de amiga una vampiresa sangre pura como tú!

De pronto, todo comenzó a verse borroso, a lo lejos escuchaba como Keita gritaba mi nombre y lo último que vi antes de irme a negro, fueron unos hermosos ojos granate. ¿Estoy soñando?

(***)

— ¿Qué es lo que le ocurre? ¿¡¿Por qué reaccionó así? -Keita gritaba exaltado, todo esto le parecía extraño.

Kaname tomó en brazos a su pequeña ____, ignorando los gritos del amigo lobo de está. No lo asesinó en ese mismo instante, porque gracias a él es que ____ estaba con vida luego de aquella tragedia que le sucedió cuando apenas tenía 6 años. Miró el rostro de la princesa de la familia Kuran y se lamentó. Ya no había vuelta atrás, el cuerpo de está imploraba el cambio, ya no resistía el cuerpo de una simple humana, necesitaba el cuerpo de la vampiresa pura sangre. Y ahora que sabía otro método para evitar el sufrimiento cuando suceda la transformación, todo  estaba en sus manos. Se dirigió hacia el lobo y le hizo una pequeña reverencia, para luego irse en dirección a los dormitorios de la Clase Nocturna pensando en las palabras que le había dicho Yuuki.

“Cuando estuve controlando la mente de ____, me di cuenta que no se podía llevar a cabo la transformación por completo y esto es porque tienes que tener relaciones sexuales con ella, Kaname. Tienes que quitarle la virginidad y en el momento en lo hagas, ella despertará de su eterno sueño y tienes que compartirle de tu sangre mediante un beso. Está es la única manera de evitar el sufrimiento en su despertar. Hasta el momento ella ha tenido recesiones, pero jamás llegará a transformarse en su totalidad, a no ser que cumpla su mayoría de edad, hasta donde estaba estimado el hechizo que nuestra madre le hizo. Ahí es donde sufrirá las consecuencias, Kaname. Tienes que hacerla tuya…”

Pronto te tendremos a nuestro lado ____ Kuran.