Capítulo cuatro.

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No hay que ser adivina para saber que esto sucedería. Estoy sentada en uno de los bancos de esta gran sala de clases, me siento como una hormiga a la cual solo quieren pisotear.

Para empezar, llegué atrasada y fui regañada por un tal Takuma, quien se presentó antes de empezar un discurso de mil horas. Por lo que me decía, él es el encargado mientras Kaname no está. Después de sentarme, todos me quedaron mirando como si desearan comerme, para luego comenzar a murmurar entre ellos cosas que yo no lograba escuchar. Tan solo quisiera volver y estar junto a mis amigos, junto a Zero. Decidida, me levante de mi puesto y me dirigí a la salida del salón. Es todo tan extraño. Ni siquiera ha llegado el profesor y ya han pasado más de dos horas. Para poder dirigirme a la salida, tenía que pasar por donde estaba el grupo hablando. No es tan difícil, creo.

- Es tan fastidioso tener que fingir ser alguien que no somos... -Escuché murmurar a uno de ellos, era un chico de ojos azules como el mar y de cabello color rubio. ¿A qué se refería con fingir ser alguien que no es?

Aquello quedará rondando en mi cabeza durante todo el día.

Logré salir del salón, así que ya afuera, me decidí por ir a explorar el lugar que aún es totalmente extraño para mí y quizá así poder despejar mi mente. Me siento muy aturdida y confundida a lo que realmente estoy sintiendo ahora mismo.

Desde que llegué acá, todo a sido sumamente extraño, desde que me comentaron que sería trasladada hasta ahora. Siento las lágrimas acumularse en mis ojos, pero me mantengo al margen.

- ¿Qué haces fuera de clases? -Me di media vuelta para poder ver al dueño de esa voz. Ahí estaba él...

- Necesitaba salir a conocer y a despejarme. Me sentía como un bicho raro ahí adentro. -Agache mi mirada, evitando cualquier contacto visual.

- ¿Te encuentras bien? -Se acercó lentamente hacía a mí. Era inevitable no sentirme nerviosa y a la vez ansiosa por su cercanía con cada paso que él daba.- Si no es así, es mejor que vayas a descansar a mi habitación hasta que te estabilices.

Una pequeña visión me hace soltar un quejido y llevar mis manos directo a mi sien. Y él llega, acortando la pequeña distancia que teníamos, de inmediato a mi socorro, me toma entre sus brazos y su cara queda muy cerca de la mía, que puedo llegar a sentir su respiración mezclándose con la mía. No estoy pensando con claridad, esos ojos color granate me tienen completamente hechiza, siento como mis piernas se vuelven gelatina y mi corazón pareciera estar en una carrera de autos con lo rápido que late. Mi vista se dirige hacia sus labios, los cuales estoy tentada a besar. Él se da cuenta y logra hacerme sonrojar de inmediato.

Un impulso de vergüenza y valentía, me hizo juntar nuestros labios. Sí, lo hice, lo besé...

Él, por su parte toma por sorpresa aquel beso, tardó mucho en seguir mi ritmo. Cerré lentamente los ojos, dejándome llevar por el momento, y creo que él también esta dejándose llevar. Nuestras lenguas se encuentran experimentando la cavidad bucal del otro y por un momento sentí que mi cuerpo comenzó a irradiar un calor insoportable. Aunque como dicen por ahí, todo lo bueno acaba tarde o temprano.

- Alto. -Kaname se separa bruscamente de mí y se aleja lo suficiente.- Esto no puede suceder...

- L-Lo siento. -Dije avergonzada. La vergüenza y la humillación se hicieron presente en mí. Y no cabía duda, él me había rechazado.

(*)

Me encontraba acostada en la cama de Kaname. Luego de aquel suceso no articule ninguna palabra más que para decir que lo sentía. Él por su parte está tranquilo e irradia serenidad. Es como si no le hubiera tomado importancia, como si nunca hubiera pasado nada, eso, sinceramente, me hace sentir como la mierda. Ahora estoy esperando que me traiga algo que quiere que tome antes de dormir, según él, me ayudará. Yo solamente escuche lo que decía y asenti. Solo quiero dormir y olvidar.

- Ten. Bebelo todo, mañana amaneceras como nueva. -Me tendió un pequeño vaso el cual contiene un líquido rosado. Sin mirarlo, tomé el vaso y me tomé todo el contenido rápidamente para que desapareciera luego.

El sueño se apoderó rápidamente de mí, estaba casi en un sueño profundo, pero consciente del ruido. Kaname me recostó lentamente en la cama, para luego taparme con la cubrecama. Cerré mis ojos, dejándome llevar por los brazos de morfeo, no sin antes sentir una presión sobre mis labios.

- Pronto volveremos a ser los mismos de antes. Descansa, mi amor...

Separados. (Kuran Kaname y Tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora