Jacob

Capítulo Tres: Trabajo Y Niños

Jacob veía como su madre se alejaba de él y sus impulsos más primarios le hicieron expulsar el aire de sus pulmones con un agudo chillido que rápidamente acabó en un solido llanto. Él solo reconocia dos cosas, al igual que un ordenador con ceros y unos, el solo podia pensar en Mama y NoMama. Y ahora todo era NoMama. Se sentia triste al estar abandonado en aquella casa. Los demás niños lo miravan con sorpresa, frunciendo el ceño y girando la cabeza para indicar su confusión. Todos los vecinos se quedaron sorprendidos, nunca habían oido llorar a ese bebé y ahora estaba escandalizando todo el bloque.

Sin embargo, peor lo estaba pasando Maria. En su primer dia de trabajo no podia dejar de pensar en todas las cosas que le podrían estar pasando ahora a su hijo. Cada segundo que pasaba se planteaba si había sido una buena idea dejarlo. Ella necesitaba el trabajo, y sabia que lo estaba haciendo por él, pero aún así le dolía pensar que lo había dejado solo.

-Tranquilo, tranquilo, tu madre volverá pronto. - decia Consuelo a Jacob para intentar que dejase de llorar.

Ella lo levantó en sus brazos y empezó a mecerlo lentamente. Poco a poco Jacob empezó a calmarse y su llanto cesó. Los hijos de Laura seguian mirándolo como si de un jugete nuevo se tratase.

Maria volvió a su casa a las 5:00pm y pasó por casa de Laura. Cuando llegó estaba dormido, la abuela, se lo dio y esta volvió a su casa. Al llegar, Jacob se despertó y comenzó a llorar de nuevo. Pero pronto paró en cuanto vio a su Mama delante suyo.

Maria, agotada del trabajo, se acostó a dormir la siesta despues de darle el pecho a Jacob. Los dos se estiraron en la cama el uno junto al otro. Apoyando la cabeza del bebé junto a la suya mientras acariciaba los primeros mechones que le habían salido a aquella cabecita.

-Te ja salido Gringo el nene -le había dicho Consuelo, cuando vio la pelusilla rubia sobre la calva.

Maria empezó a soñar con esa misma mañana, veia cómo había dejado solo a su bebé y más adelante como la abuela lo había mecido para tranquilizarlo. También veía como Diego, el hijo mayor de Laura leía un cuento llamado El León Feliz y que Silvia, la pequeña estaba acostada en la cama de sus padres.

Al despertar Maria pensó que se trataba de sueño como cualquier otro, fruto de su sentimiento de culpa.

La mañana siguiente volvió a ir a casa de Laura a dejar a su pequeño, y justo se fijó en que Diego estaba leyendo un cuento llamado El León Feliz. Se acercó al niño y le pidió si podia ver el cuento.

-¿Pasa algo?- preguntó Consuelo-.
-No, nada. Solo es que me suena este libro- comentó Maria-.

Como en la mayoría de los sueños, no era capaz de recordar de que le sonaba. Simplemente tenia la sensación de que ya lo había visto antes.

-Tal vez lo viste algún dia que pasaste por aquí.
-Si, puede ser.

María creió haber tenido un 'déjà vu' y lo dejó correr. Al fin y al cabo no era algo extraño, había visto a esos niños tantas veces que lo más probable es que tan solo fuese un sueño a partir de recuerdos.