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La discusión de Nyx y Zeus se hacía mas fuerte. Zafirina miraba con aburrimiento ¿De que sirve discutir si no va a llegar a ser una pelea? Además, claramente Zeus le temía a Nyx pero sabía que si ella atacaba los demás dioses estarían con el.
—¡Ya basta!—gritó Zafirina mientras se dirigía a Zeus.—Ese cuento de que me están dando otra oportunidad no me lo trago. Si voy a ser un arma para ustedes al menos merezco mi propia cabaña en el campamento, no quiero compartir espacio con nadie.
Zeus iba a replicar sin embargo Hades se le adelantó.
—Está bien.—miró a su hermano.—Escucha, la necesitamos ¿Podemos dejar el drama y darle una maldita cabaña?
Zafirina aplaudió como niña pequeña.—Me gusta por donde va esto.
Atenea rodó los ojos ante tal gesto de inmadurez mientras Hestia sonreía. Jamás estuvo de acuerdo en enviar a aquella niña allí; el que ella tuviese una conducta como esa le hacía pensar que aún había esperanzas en que Zafirina no fuese tan mala.
Zafirina era una persona cruel, sin embargo tenía esos brotes de niña pequeña que no había tenido en su infancia.
—Tendrás tu cabaña.
Nyx sonrió a su hija y esta frunció el ceño.
—¿Cómo sabré cual es?—no quería tener que pedir indicaciones. ¡No había hablado con personas hace mucho tiempo! Estaba nerviosa y no quería decir algo incorrecto y terminar enojandose con todos.
—Créeme, sabrás que es tuya en cuanto la veas.—aseguró su madre.
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Quirón custodiaba un lugar un poco alejado de las cabañas, había advertido a todos los campistas que se alejaran de allí y claro, como metiches que son, todos se quedaron cerca para ver lo que sea que suceda allí.
Los Dioses se habían comunicado con el para avisar sobre la nueva cabaña. Al principio estaba sorprendido y después temió por sus campistas. La chica era dinamita a punto de explotar en cualquier momento y los campistas, aunque la mayoría no llevan malas intenciones; son como la llama que prende la mecha. Irritantes la mayor parte del tiempo y ella con muy poca paciencia ¿podría salir algo bueno de todo esto?
El suelo del campamento mestizo comenzó a temblar y de aquel espacio el cual todos observaban comenzó a crecer algo.
Todo el mundo entendió que era; una cabaña. De techo en punta y caía hacia los costados, tenía dos columnas al lado de la puerta y dos antorchas a los costados con un fuego color verde. Dos cosas llamaban la atención de esta cabaña; era negra y no tenía ventanas.
—¿Te mudas Puro hueso?—bromeó Travis levantando su mano para que su hermano la chocase. Travis y Connor lograron negociar con la cabaña de Hefesto para que esta construyera al campamento aparatos electrónicos a prueba de monstruos y, como las personas maduras que son, se la pasaron mirando caricaturas y de allí crearon nuevos apodos para la mayoría de los campistas.
—No es mía.—frunció el ceño Nico ignorando el apodo de los hermanos. Algo en esa cabaña se le hacía vagamente familiar y algo que no podía ignorar era el malestar que le causaba el ambiente a su al rededor.
Quirón llamó la atención de todos los que estaban por los al rededores.
—Bien, campistas...—aclaró su garganta.—seguramente están confundidos y lo entiendo pero no quiero que sus facetas de chismosos y metiches salga a la luz. No quiero que se acerquen a esta cabaña, será habitada en unos dias.—lo último lo dijo con un deje de advertencia. Quizá muchos pensarán que Quirón estaba sobre actuando pero si algo tenía claro era que no se podía confiar así como así en una chica que asesinó sin piedad a tan corta edad.—Y el que no obedezca será castigado.
Eso bastó para que más de uno huyera. Nadie quería limpiar baños o algo así.
Quirón se encaminó hacia la casa grande ignorando a varios campistas y se quedó allí.
No pasaron hasta cinco mintuos que sintió varios toques en su puerta.
—Adelante.—habló y allí vio pasar a sus campistas favoritos.—Annabeth, Percy y Grover ¿que se les ofrece?
Sonrió un poco sin embargo Annabeth logró notar que era una risa un tanto fingida.
—¿Sucede algo malo, Quirón?—el centauro confiaba plenamente en aquellos tres, sin embargo dos de ellos habían pasado por mucho en el Tártaro; decirle que la hija asesina de dos Dioses primordiales, quién vivía con su madre en el Tártaro iba a venir a su campamento era demasiado para ellos y no se lo perdonaría si alguno sale mal de esta situación.
—Tranquila, Annabeth. Todo está bien.—aseguró.—Será mejor que sigan con sus actividades.
Los tres salieron de allí con una inmensa curiosidad sobre lo que pasaba. Quirón escondía algo y ellos iban a saber que es.
----- ¿Alguien vio el video en donde el hermano mayor de una chica queria abrir su diario y luego de varias contraseñas incorrectas se oye un mensaje grabado por parte de la chica?
El mensaje que dejó ella fue 'pinche perro metiche'
Annabeth, Percy, Grover: son unos pinches perros metiches ahrE.
