Capítulo 2: La entrevista

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Todo saldrá bien.
Todo saldrá bien.
Todo saldrá bien.
Todo saldrá... ¿Bien?

¿Y si no sale bien?
¿Y si lo arruino todo?
¿Fracasaré toda mi vida en esto?

—Lena, sé lo que estás haciendo. Solo pensamientos positivos ¿Bien? Sé que conseguirás el empleo. Ahora solo inhala y exhala. —Apretó mi mano y eso de alguna manera me trajo un poco más de seguridad.
—Señoritas, hemos llegado—Habló el taxista.
—Bien Lena, tú ya eres una ganadora, con el simple hecho de estar allí arriba.
—Sam tranquila, no voy a concursar en un maratón o algo así.
—Sé que lo lograrás. Ahora ve por ese trabajo.

Me acababa de sentir como en aquella escena en donde el humano deja ser libre al pájaro, pero él al no conocer nada más que su pequeña jaula se acobarda y regresa. Y estaba a punto de hacerlo, la edificación era enorme, casi que podía tocar el cielo.

—Tengo que hacerlo.

Volví a avanzar y en eso choqué con alguien y derramé la bebida que tenía color vino sobre su camisa blanca.

—Lo siento.

Sus lentes obscuros no me dejaron ver sus ojos, pero seguramente me miro de pies a cabeza.

—Descuida, solo es ropa—Sonrió y se adelantó a la entrada del edificio mientras intentaba solucionar su mancha.

Sin duda una entrada espectacular la que estoy haciendo.

Esperé unos segundos más ahí parada, no quería volver a encontrarla ahí dentro, sería una verdadera vergüenza.

Al entrar, después de un tiempo, las manos me venían sudando al ver que el elevador marcaba cada vez más pisos hacia arriba sin detenerse.
Las puertas de se abrieron y apenas saliendo del cubo había como máximo 15 chicas en la misma sala. Comenzaba a ponerme aún más nerviosa, y eso considero que es lo que menos se necesita cuando vas a hacer una entrevista.

Tomé asiento en uno de los 4 sillones que estaban en la sala.
No pasaron ni 2 minutos y una chica iba saliendo de la puerta color chocolate. Era ella, la chica a la que le había derramado la bebida hace unos instantes.

—Nosotros te llamamos—Dijo Winn apareciendo justo después de ella. Bajé un poco la mirada para no verla y sentir la vergüenza apoderarse de mí.

Winn me miró, sonrió, e hizo una señal de que lo esperara unos segundos. Pronunció el nombre de la siguiente chica y desapareció.

Poco a poco las chicas en la sala se iban retirando, para mi sorpresa era más rápido de lo que esperaba.

Solo quedábamos una chica más y yo en la sala, no sé por qué eso me hacía sentir incómoda, tal vez era por el silencio en el cuarto a excepción del ventilador que se escuchaba en función.

Comencé a jugar con mis dedos; inconscientemente eso es lo que hago cuando estoy nerviosa, y es increíble creer que eso me relaja, hace que el tiempo se me pase mucho más rápido.

—Señorita Ardeen, es su turno.

Solo eso bastó para estar completamente sola, o casi...

—¡Lena! —Habló Winn en un tono bajo, pero igual de emocionado—Si viniste, me alegra.
—La verdad estaba en duda, pero, después de pensarlo más aquí me tienes.
—Qué bueno que diste tu salto de fe—Se quedó sonriendo hasta qué algo dentro de su pantalón vibró—¡Oh! Al parecer me necesitan adentro, vuelvo en unos minutos.
—Claro.

Tic tac, tic tac, se escuchaba en el reloj, cada segundo contado parecía eterno. Miraba el reloj con frecuencia, cada medio minuto.

No llevaba conmigo mi teléfono, se lo había encargado a Sam antes de subir al automóvil, no quería distraerme, pero ahora es lo que más necesito para que esté un poco más tranquila.

𝙅𝙪𝙚𝙜𝙤 𝙙𝙚 𝙀𝙭𝙥𝙚𝙘𝙩𝙖𝙩𝙞𝙫𝙖𝙨  =Supercorp= (G!P)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora