Y de repente tú.

12 de Julio.

ZOE

-¡Me tienes harta Zoe, siempre igual!- gritaba mi madre.
Sí, 18 años. ¿Qué? Esperábais un : ¡Feliz Cumpleaños hija! Pues yo también, pero ya veis que no.
-Mira mamá, las cosas van a cambiar, llevo toda la vida aguantando tus peleas, tus discusiones, callándome... hasta aquí hemos llegado, no voy a seguir con esto- la respondí de lo más tranquila.
- ¿Ah sí? ¿Y qué vas a hacer? Mientras que vivas bajo mi techo harás lo que yo diga- respondió histérica.
Acto seguido salí de casa. No sabía muy bien dónde iba. Sólo quería salir de ahí. Bajando las escaleras podía oírla decirme: como te vayas....
la voz se desvanecía a medida que seguía bajando pisos.
Dieciocho años recién cumplidos, lo más lógico es que a esta hora, diez de la mañana, llegara a mi casa de fiesta, sí como todo el mundo se imagina su fiesta de mayoría de edad. Pues no. No para mí. Me quedé sin amigas hace siete meses, hasta entonces mi vida es y ha sido ir a clase, volver, hacer deporte, y poco más.

Después de dos horas volví a casa, mi hermano estaba jugando a videojuegos y mi madre cuchicheando sobre mí con mi hermana, seguramente poniéndome verde. Así son las cosas aquí. Me encerré en mi habitación y cogí el portátil. Me puse a hacer un Currículum, estaba decidida a encontrar trabajo y ganar dinero.

Después de más de dos días enviándolo a muchos sitios, recibí una llamada.
-Buenos días, ¿hablo con Zoe Johnson? -decía la voz masculina al otro lado del teléfono.
-Sí, soy yo- respondí.
-Soy Frank Low, dueño del hotel NY. he visto tu currículum y tenemos un puesto libre para el bar de la piscina del hotel, ¿te interesaría?-.
El NY es el hotel más famoso de España. Suelen ir muchos famosos: directores de cine, cantantes...
-Sí, claro- respondí entusiasmada.
Ya sé que no es un gran trabajo pero con tal de no andar mucho por casa me valía.
-Vale, pues que te parece si concretamos la entrevista el jueves 18 a las siete de la tarde- dice el hombre.
-Perfecto, ¿me dices la dirección? Aún no me conozco muy bien Madrid, no suelo salir mucho por el centro...- le respondí.
-¿Madrid? Oh, no no. Llamo desde el hotel de Valencia- dice el hombre.
Mierda, también hay un hotel en Valencia. Claro, qué tonta.
-¿Hay algún problema?- añadió.
-Yo soy de Madrid- afirmé.
-Oh...- dijo.
-Pero, aún así me gustaría hacer la entrevista, ¿sigue en pie verdad?-.
-Sí, claro, claro... La dirección es la siguiente... Calle Oport, 354 - dice.
-Perfecto. allí estaré- le respondí y colgó al instante.
Joder que señor más borde.

No sé si me van a contratar pero merecía la pena intentarlo, así que cogí parte del dinero que tenía ahorrado y compré el billete de autobús.
En ese instante entró mi madre de golpe a mi habitación.
-Necesito que el jueves te quedes con tu hermano hasta las seis, que llegue yo- dice.
-No puedo- la respondí seca.
-¿Por qué?- por el tono en que lo dijo ya empezaba a enfadarse.
-Me voy a Valencia- afirmé.
-¿Qué se te ha perdido a ti en Valencia?-.
-Voy por una entrevista de trabajo mamá-.
-Sí, claro. No vas a ir. Tu hermano no se puede quedar solo- dice.
-Tiene diez años, no creo que le pase nada por que se quede un par de horas solo. Y te lo dije, esto va a cambiar, ya no puedes decirme que puedo o no hacer- respondí. Realmente tenía tantas ganas de decirla lo que pensaba por una vez, sin represalias... pero me equivocaba.
-¿Crees que no, sólo por tener 18 años Zoe?-.
-Exacto-.
-Cómo no te quedes el jueves, te vas a ir a Valencia, sí, pero no vas a volver a casa más. Así que yo que tú rezaba para que te contratasen- me grita.
-¿Me estás echando de casa? - la digo anonadada.
-Exacto- me responde imitándome.
-Muy bien, pues estos días va a ser los últimos que me veas, aunque no creo que me echéis mucho en falta- la respondo y me voy.

No puedo creerlo, mi hermana sigue en casa con veintitrés años y a mi me va a echar con 18 sólo por decirla que no puedo...

-Eres una egoísta-me dice siguiéndome por la casa.
-¿Yo soy la egoísta? Que yo sepa tienes otra hija- la respondo.
-Paige no puede- dice.
-Ah claro ¿ y como ella no puede me lo dices a mi, y si yo no puedo me dices que me vas a echar de casa, y a ella nada ?- lo solté. Y me fui de casa. No quería seguir hablando con ella más.