Miré por la ventana de la casa del árbol el gran paisaje que se extendía en el lugar, el patio era amplio, pero se encontraba cercado alrededor de la casa a unos diez metros después de la piscina, mi supuesto padre decía que era muy inseguro no hacerlo sin colocar un cerco electrificado. Lo cual era bastante extraño si me pongo a pensar en que no existe ninguna casa alrededor de la nuestra o siquiera a lo lejos, sólo puedo observar terrenos desolados, cubiertos por una gran vegetación, árboles frondosos que conforman un bosque imponente.
Comencé a reír, no pude haber sido más ingenua, este lugar fue escogido por estar tan alejado de la civilización, debí haberle creído a mis verdaderos padres, quizás la imperfección no me dejó abrir los ojos lo suficiente para confiar en ellos y... Por esa razón me abandonaron.
Mi risa fue detenida abruptamente apenas sentí unos brazos alrededor de mi cintura.
—Tranquila, Lizzie, soy sólo yo —Al escuchar su voz sólo pude sentir asco, asco por este impuro ser que osaba tocarme sin mi permiso.
—Aléjate, no quiero que me toques —Admito molesta y sin poder evitarlo coloco mi mano en su pecho empujándolo hacia atrás.— No tienes derecho de tocarme, no eres nadie, no eres más que un ser impuro —Sólo quería que se fuera, que se alejara de mí, no soportaba que él viera mi debilidad debido a que no tengo a mis padres junto a mí, pero me quitó aquello que más odiaba en el mundo, aquel parche que cubría la única parte humana de mí, no pude aguantar más la presión y el enojo, suelto un grito, lo más fuerte que puedo, él no sabe el desastre que pude haber causado si utilizaba mi ojo.— ¡¿Qué has hecho?! ¡Eres un idiota! Podría haberte matado, incluso destrozado todo el lugar, simple humano impuro.
Seres despreciables, seres impuros, seres comunes, aléjense, aléjense, aléjense de mí.
Luego de verlo irse, me acurruqué sobre mi misma, intentando buscar refugio entre mis brazos.
Por favor, vuelvan, mami, papi, vuelvan, por favor. ¿Por qué me abandonaron?Los necesito.
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Elizabeth © | Libro #13 |
KurzgeschichtenLa última hija. Una dulce niña que fue corrompida a causa del rechazo y el dolor. De cabellos claros como la miel y poseedora de una heterocromía que la hacía sentir imperfecta. Todos queremos ser reconocidos por alguien y deseamos que estén orgullo...