CAPITULO 1 ANASTASIA

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Llego tarde a mi trabajo, por más que me levanto temprano, el tráfico últimamente es muy pesado, por fin llego y entro como rayo hasta dónde está mi loker, todos me saludan con Buenos Días e igual contesto como siempre, Buenos Días a mis amigos y a mis enemigos, me coloco mi uniforme y el delantal, antes de atender el mostrador, tomo del aparador una dona de moca y la muerdo, volteo a ver a mi jefe y le digo que me la descuente de mi sueldo, tomo una taza de café capuchino, tengo diez minutos para terminarme el café y la dona.

Sanders Susana, Buenos Días, solicitó un café exprés con crema y dos donas de chocolate, gracias por venir la esperamos mañana, no olvide que "El café es negro como el demonio, caliente como el infierno, puro como un ángel y dulce como el amor", no lo digo yo lo dice Charles Maurice de Talleyrand-Perigord.

A cada cliente le digo una cita sobre el café, eso llama la atención de los clientes, a veces se esperan a que yo los atienda, para darles una cita sobre el café, no se muchas pero creo que son como cien, los clientes me graban la cita que les digo, la que más le agrada se las repito. Uno se identifica con el cliente, llevo cuatro años trabajando en este negocio, por las tardes voy a la escuela, el dueño solo contrata estudiantes de Universidad, dice que somos muy responsables, vivo con una de mis compañeras de trabajo, rentamos un departamento entre cuatro chicas, cada una coopera para los gastos, solo me falta un mes para graduarme.

Mis padres me esperan en Montesano para apoyarlos económicamente, reciben una pensión del gobierno y con ello me envían dinero para mis estudios, yo pago mi deuda del préstamo de la Universidad y mis padres la renta y mis gastos personales, voy al día en los gastos, cuando me va muy bien me llego a comprar unos Jeans, unos tenis o una chaqueta, gracias a Dios aquí en la cafetería usamos uniformes, tenemos tres para toda la semana y los cuido muchísimo, el dueño nos provee de ellos cada seis meses, pero los cuido tanto que parecen nuevos.

Salgo los viernes con mis compañeras de trabajo, normalmente vamos a una discoteca, al boliche o ir al zoológico y parques, cuando tengo un guardadito vamos a nadar, cuando voy a la disco es la única ocasión que uso zapatillas, termino cansadísima, los sábados entre todas las chicas hacemos aseo del departamento. En vacaciones me voy con mis padres, ni celular tengo, es mucho lujo para mí, solo hago dos comidas entre semana, mi café y mi dona de desayuno, como no vengo a comer a casa, ceno lo de la comida que guisa Dana para todas, ella entra a la Universidad en la mañana y nos hace la comida.

Cuando estoy con mis padres de vacaciones como mis tres comidas, cuando regreso a Seattle, llego más rellenita y lo veo en mis uniformes, en tres semanas me quedan bien. Ya pronto terminaré mis estudios y podré trabajar en otro lado donde gane un poco más y terminar de pagar mi préstamo de la Universidad, no es mucho porque mis calificaciones me ayudan a pagar un cincuenta por ciento de la deuda, por eso no debo bajar mi promedio de diez.

Mi trabajo me divierte, salgo tan contenta a la Universidad, que a veces voy vistiéndome en la calle y poder tomar el autobús y no me deje, si eso llega a pasar, camino una hora y llego tarde a la primera materia. El profesor es muy consciente de mi situación y me apoya para que no pierda mi beca. El día 10 de septiembre es mi cumpleaños y para colmo presento mi último examen de mi carrera, terminando iremos a festejar a una disco el fin de clases, y a los quince días es la graduación, donde vendrán mis padres.

Sigo atendiendo a la clientela, hay horarios muy pesados y otros más relajados, de ocho a nueve de la mañana es cuando hay más gente en la cafetería, dentro de esa hora mucha gente entra a trabajar y se llevan su café a la oficina, obvio que no soy la única en atender tanta gente, pero me agrada que la gente le agrade que le atienda personalmente, no recibo más dinero por eso pero se divierte la clientela y yo me divierto. Hay gente que me deja alunas citas para que se las diga o para que llene mi repertorio, eso me da ánimos de seguir con este trabajo que me ha dado muchas cosas, sobre todo conocer gente de muchas clases sociales.

Hasta hay gente que me deja hablando sola, hay de todo en esta vida y no me siento mal, porque doy lo mejor como empleada de este establecimiento, porque donde voy yo me gusta que me traten igual.

BUENOS DÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora