CAPITULO 5 ANASTASIA

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Me atrajeron los ojos de ese joven, nunca había visto unos ojos grises, ha de ser nuevo por esta zona, porque no recuerdo haberlo visto por aquí. Sigo mis labores y mi pensamiento está en llegar a mi hora de clases, solo veo el reloj del local desde que da la una de la tarde. Por fin llega mi salida, me despido de todos, ellos saben que tengo que tomar el autobús para llegar a tiempo a la Universidad, al llegar mi profesor de Literatura pasa lista, nos informa que los cuestionarios que nos dejará durante esta y la otra semana, serán el examen final. Salimos de Literatura y llego al salón de Latín, aquí vemos las lenguas romances que incluyen el español, francés, italiano, portugués y rumano, me cuesta trabajo pronunciar el francés, el italiano, portugués y rumano son más fáciles.

Las dos últimas horas son de lenguas modernas chino, hebreo, ruso, italiano, árabe, checo, polaco, portugués. Me apasiona la historia de esas lenguas, todo es maravilloso, mágico, sus literaturas de cada lengua es extremadamente interesante, salgo contenta de estas últimas clases, llego al departamento a comer y cenar al mismo tiempo. Platicamos como nos fue durante el día y me voy a descansar. A la mañana siguiente me levanto temprano y siento una sensación enorme por llegar a la cafetería.

Corro a mi loker y me cambio en cinco minutos, después de cuatro años haciendo lo mismo ya tengo práctica, me dirijo al mostrador y tomo mi capuchino y mi dona, en quince minutos desayuno y me lavo mis dientes. Estoy preparada para la jornada como siempre, nuevamente la novia de mi jefe está en la fila, desafortunadamente no me toca entregarle su pedido, pero aún volteo y me dice buenos días, cuando baja el ritmo de la hora de oficinas, nos da tiempo de leer o sentarnos un rato en las mesas, en cuanto llega el cliente y paga, nos turnamos para atender, hay poca gente, estamos las cuatro chicas detrás del mostrador, tomo el pedido y la nota con el nombre del cliente.

Me quedo asombrada de quien es y digo Grey Christian, gracias por su visita, solicito un expres y recuerde "La buena comunicación es tan estimulante como el café negro, e igual de difícil de olvidar al dormir", no lo digo yo, lo dice Anne Morrow Lindbergh.

_ Buenos días señorita Ana, y Anne Morrow tiene toda la razón, donde dice que es difícil de olvidar al dormir, que pase un excelente día.

_ Yo también opino lo mismo, no sé porque recordé esa cita y la apliqué con él, es tan guapo que ha ese si le diría que sí, obvio que es un sueño, pero está increíblemente guapísimo, su mirada me atrae, pero sus labios al decir Buenos Días, hay que cosa tan romántica. Salgo de mi ensoñación cuando miro el otro pedido y atiendo igual o mejor después de joven sexy. A medio día no había mucha gente y Paul mi jefe me llama, me pregunta cuantas semanas me faltan para terminar mi Universidad, le digo que tres semanas contando esta, este viernes es mi cumpleaños y mi exàmen final.

Me entrega un sobre muy hermoso color blanco, de momento pensé que era un incentivo, pero cuando lo abro y leo, me le quedo viendo, yo tenía toda la razón le digo, son una hermosa pareja y te deseo lo mejor, es la invitación a su boda y es este sábado, lo abrazo y lo felicito, le doy las gracias por invitarme y me dice que solo a cinco de los estudiantes nos ha invitado. Lo vuelvo abrazar y le deseo nuevamente lo mejor, voy a mi loker y la guardo en mi mochila, mi jefe solo sonríe, quedan tres días para que se case y yo, no sé qué ponerme de ropa, será una boda en un salón de fiestas que está de pipa y guante, por lo que les digo a las chicas quien me presta un vestido para la boda.

Al día siguiente me doy cuenta que a las diez de la mañana vuelve el joven guapo de ojos grises, sobre todo 'porque leo su nombre. Grey Christian, gracias nuevamente por su visita, solicitò un exprés y recuerde "La dueña de casa debe preocuparse de que el café resulte óptimo, y el dueño de que los vinos sean de primera calidad" no lo digo yo, lo dice Anthelme Brillat-Savarìn.

_ Buenos días Ana, eso sería excelente si usted fuera la dueña de mi casa, hasta luego.

BUENOS DÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora