Una estudiante de la Academia de la Verdadera Cruz como cualquier otra. Hay algo oculto en ella, algo extraño que no tiene nada que ver con que sea una aprendiz de Exorcismo, ni con su estrafalario aspecto, ni con que uno de sus ojos no esté a la...
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Cuando Kaede había pasado por la puerta del despacho de Mephisto, realmente no se sentía del todo preparada para lo que se venía a continuación , y es que tener que rememorar y relatar todo lo que había ocurrido y los antecedentes de su traslado a Japón no era algo que le entusiasmara mucho, ni siquiera por el hecho de que pudiera averiguar sobre sus verdaderos orígenes. Prefería vivir en su ignorancia a tener que inmiscuirse en algo que no sabía si quería o le convenía averiguar. Pero lo hacía por su padre y su última voluntad antes de morir.
La peliblanco suspiró al tiempo que la sonrisa de Mephisto se acentuaba y éste hacía aparecer en sus manos un manojo de hojas y ella supo que esa debía ser la información que estaba reservada únicamente para él y que contenía más datos que de momento Kaede todavía no podía manejar. Todavía manteniendo su sonrisa de esfinge, Mephisto le echó un vistazo a las primeras hojas comenzando a leer.
—Veamos...tu nombre es Kaede Takahashi, naciste el 2 de julio de 1993, tienes diecisiete años... tus padres son Raiden y Tsubame Takahashi—fue relatando los datos biográficos de Kaede mirándola a la expectativa, leyendo una de las líneas —. Posees unas condiciones físicas especiales en tu coloración de cabello y una heterocromia ocular bastante peculiar.
Por toda respuesta, Kaede tomó su flequillo que le cubría la mitad de la cara y se lo pasó detrás de la oreja dejando a la vista su ojo izquierdo.
—Con respecto a mi cabello, poseo un mechón verde desde que nací y es imposible de cortar o de disimular, mi ojo izquierdo aparte de ser de un color distinto no es funcional ya que soy invidente de él.
—Me resultas bastante interesante Kaede-chan—comentó Mephisto sonriendo mientras volvía a mirar las hojas—. Hablando de tu historia familiar...Tsubame, una mujer descendiente de una familia de mujeres espiritistas: las Madarame...y tu padre, Raiden Takahashi, el tercero de su familia en seguir con el legado de exorcistas siendo uno de los mejores de su generación... Admito que tu familia es bastante interesante, siempre has estado relacionada con entes del otro lado, Kaede-chan.
»A ver, tu nacimiento...Tsubame fue poseída inexplicablemente por un demonio en su etapa de gestación y nunca pudo ser exorcizada del todo hasta el día del parto, el cual fue bastante doloroso y tuvo como resultado la muerte de tu madre...¡Oh, ya llegué al punto que más me emociona! Aparte de tus rasgos físicos no humanos, poseías también un comportamiento muy inestable y violento aun siendo una bebé, producto de la naturaleza demoníaca con la que habías nacido ¿podrías contarme un poco sobre eso, Kaede-chan?
Definitivamente, este payaso intenta alterarme los nervios pensó Kaede sin poder creer que tendría que explicar de lo que menos le gustaba tener que hablar.
—Señor Pheles—suspiró la peliblanco cruzando los brazos—. Nací con una naturaleza demoníaca que, como bien ha dicho, es inestable, violenta y sumamente peligrosa. En mi estado natural no tengo capacidad de pensar ni razonar sin importar quien este frente a mi. Habilidades como fuerza, rapidez y agilidad se incrementan pero ataco todo lo que se me ponga en frente y solo soy capaz de destruir y matar. Las probabilidades de contenerme en ese estado son pocas o ninguna.
