Reencuentro

942 32 1
                                    

Saber que lo vería no era ningún consuelo para él. Todo lo que le hizo le dejó una marca que era muy difícil  (por no decir imposible) de borrar.
Después de haber perdido a Peter y a Pepper, lo último que necesitaba era revivir más recuerdos dolorosos para torturarse a sí mismo.
No quería verlo, no estaba listo. Sólo quería desaparecer junto con la mitad del universo. Quería estar en Titán hecho polvo junto a Peter o  en New York con Pepper. Pero no ahí, con ese hombre que a pesar de ser el dueño de su corazón  (anónimamente),  aún el nombre de éste, seguía siendo sinónimo de traición en su cerebro. Y eso le dolía mucho más que las perdidas sufridas.
Pero ahí estaba: en Wakanda, caminando justo al lado de Nebula; a punto de descubrir cuantos amigos suyos había perdido por culpa de ese Titán con mentón de escroto y piel morada.
Tenía mucho miedo: miedo de ver al "Capipaleta" y colapsar. O verlo y perdonarle por todo, sin ningún esfuerzo (y se odiaba a sí mismo porque podia dejar toda su dignidad y su orgullo en el piso y correr a los brazos bien formados del capitán más atractivo de la galaxia).
- Tony - la voz de Natasha lo sacó de su abrumada cabeza y volteó hacia la recien rubia para abrazarla y expresarle lo feliz que estaba de que estuviera viva (aunque al final terminase yendo al bando contrario, nunca le guardaría rencor a esa super espía rusa) y no hecha polvo junto a la mitad del planeta tierra.
Justo cuando se sintió un poco menos miserable lo vio: estaba sucio y herido, probablemente a causa de la reciente batalla vivida en ese país de fantasía. Al verlo, su primer pensamiento fue: ¿por qué tiene que ser tan jodidamente sexy? Es imposible que alguien tan sucio y dañado pueda verse tan bien.

Justo en el momento en que sus miradas se cruzaron sintió una sensación familiar; sus manos sudando junto a su pulso cardíaco elevándose de la nada, además de una agobiante sensación en su estómago que sabia bien que eran indicios de un ataque de ansiedad, causado por el rubio, que, al verlo, corrió en su dirección y lo abrazó.
-Tony, no sabes cuanto lo siento.- dijo el ex-capitán entre lágrimas. En ese momento Tony se paralizó. Era demasiado para procesar así qué dejó pasar todo rencor y rompió en llanto, olvidando todo lo que había pasado en el pasado y por primera vez en mucho tiempo, se permitió el sentirse un ser humano y no un esclavo del miedo, la culpa y la constante sensación de que algo lo mataría. Ese efecto tenían los brazos de Steve sobre el: lo calmaban mejor que cualquier pastilla, le quitaban toda tensión muscular y lo dejaban sentirse menos tenso. Asi que, sólo se encargó de llorar la pérdida de Peter; sin saber que el Capitán luchaba también con la pérdida de su "hermano" y toda la culpa que un hombre puede cargar por hacerle daño a la persona que según él, amaba.
Con ese abrazo, no sólo compartían la miseria que sentían, sino que, también daban una declaración silenciosa del amor que sentían mutuamente que iba mucho más allá de lo profesional.
Y justo cuando el abrazo terminó, fue que Tony debía dejar de fingir que odiaba al rubio, así que lo vio a los ojos y sólo pudo decir -te perdono- y terminó su frase con un beso lleno de amor, tristeza y al mismo tiempo tan alegre. Ese beso, que fue rápidamente correspondido, decia todo y decía nada, demostraba cada uno de los sentimientos que sentían. Y fue así que por al menos un momento olvidaron todo el dolor a su alrededor y se dedicaron a disfrutar de ese beso.
Ya tendrían tiempo de vengar a la tierra y a todas las almas que fueron tomadas por ese Titán. Pero en ese momento, sólo se dedicaban a expresar todo lo que se guardaron por años.
Fin

Después de la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora