Arruinaste mi identidad (Truten)

Capítulo 18: Último intento (parte 1)

¡ADVERTENCIA!

Estos capítulos contienen contenido sensible, con sólo leer un poco se darán idea del asunto principal que gira entorno.

Hoy es un día lluvioso para variar, es raro que el clima esté así tan cerca del verano. Quisiera decir que estoy emocionado por intentar cambiar, pero no, lo único que alcanzo a tener es una ligera esperanza de que sean las cosas como antes, lo más parecido cuando menos.

Nunca le diré a mis padres que soy gay por dos razones; primero que no lo aceptarían y segundo que estoy interesado específicamente en Goten lo cuál puede ser mucho peor. No obstante, debo asumir quien soy para mí mismo. No he sido del todo sincero este tiempo, el reconocer quien soy debe ayudarme a mejorar mi situación, las personas a las que he dañado por no aceptarlo son una carga. Voy a dar un primer paso, creo que es conveniente iniciar por esto.

Al menos recuerdo el lugar, esa noche desastrosa fue el comienzo de todo lo malo y todo lo bueno que me ha sucedido. No tengo miedo ni siento remordimiento, como el resto de los días tampoco siento nada. Estoy desganado pero me veo obligado por lo que queda de mi consciencia.

Hay un par de piedras en el jardín, admito que su casa es bonita. Supongo que sus padres no querrán verme ni en sueños, le arrojaré algo a su ventana. Creo que fue demasiado fuerte, se quebró un poco el vidrio. Alguien encendió la luz, veo que funcionó.

-¿Quién es?-

No levanto la mirada, prefiero esconderla aprovechando el gorro de mi chamarra, al final la lluvia está muy tupida. Agito la mano esperando a que baje un momento, de ninguna manera me hará caso si le digo quien soy.

-¿Hola?, te conozco cierto- me dice al bajar al porche

-Algo así- explico en un tono seco

-¿Qué quieres?-

-Quiero disculparme-

Me descubro la cabeza mirándola fijamente, se nota impávida, parece que no me reconoce. Es como un cliché, la persona que menos quieres ver en el mundo regresa en medio de la tormenta. Si pudiese verme a mí mismo sería aterrador, estoy algo demacrado por el sueño, mis ojos azules son más calculadores de lo normal.

-¡¡¡LÁRGATE!!!- me golpea con sus puños cerrados, no soy un violador para que me mire con esa expresión de miedo

-¡Eres un imbécil!- no me suelta, sus patadas le duelen más a ella que a mí.

-¡¡¡Que parte de no te quiero ver en mi vida no entendiste!!!-

No me afectan sus palabras, a diferencia de la última vez ahora soy inmune al dolor.

-No espero que me perdones, sólo quiero disculparme por arruinar esa noche-

-¿Arruinar esa noche? ... ¡Arruinaste mi vida!, mis amigos, mi escuela-

Pensándolo bien tiene razón, fui un completo cobarde por no ir esa misma noche a ofrecerle disculpas, a humillarme en público para que no la juzgaran por hacerla el hazmerreír. En cambio estuve ocupado en negar que me gustaba Goten.

-Admito que no hice nada por arreglar las cosas cuando estuve a tiempo. Escúchame quieres-

Cerró la boca un instante, creo que el shock de verme la mantiene aquí pero no tiene ninguna intención de hacerlo.

-Nuestra relación no funcionó porque no me gustabas. Eres muy linda, cualquier chico se moriría por tenerte. Yo fui el problema, no estaba interesado en las mujeres, me costó mucho trabajo reconocer que me gustaba un chico, Goten-