Capítulo 13: ¿Curando las penas?
La luz brillante del día iluminaba la habitación irritando los ojos del chico quien se negaba firmemente a abrirlos para sumirse más en sus pensamientos. Un frío ambiente podía percibirse en ese dormitorio célebre por tantas historias divertidas que hoy quedaban opacadas con el silencio entre las paredes. El joven llevaba horas sin moverse, sentía muchas molestias en su zona lumbar produciéndole una pesadez inquietante, sus brazos estaban pegados a las sábanas produciéndole ardor tras el roce constante, la cama era un desastre entre tantos papeles con mocos. A pesar de esto, su mayor problema era el enorme dolor en el pecho que lo acompañó desde que ...
-¡¡¡GOTEN!!!- retumbó en todo el hogar levantando las paredes del suelo mientras los pájaros huían de los alrededores. -¡Ya levántate! ¡Es más de la una de la tarde!- exclamó la mujer histérica como de costumbre
-No quiero- susurró el menor hundiendo su cara debajo de la almohada
-¡Ya!- le ordenó jalando las cobijas al suelo -¿Ni siquiera pudiste desvestirte? Es el colmo, traes hasta los zapatos-
En realidad el pelinegro no durmió nada, simplemente se tiró a la cama cubriéndose con las cobijas suficientes para ahogar su tristeza
-M...mamá- habló con una voz quebrada intentando recuperar la visibilidad tras dilatarse sus pupilas
-Goten- cuestionó sorprendida por la extraña actitud de su hijo -¿Qué te sucede?-
Milk se sentó en la orilla de la cama tomando la cabeza del pelinegro hacia sus piernas para acariciarlo
-Mamá- suspiró abriendo sus ojitos caídos -¿Por qué duele tanto?-
-¿A qué te refieres?- abrió los ojos de par en par -¿Alguien te hizo algo?-
El pelinegro miró al techo y se mordió la lengua para luego dejar escapar sus palabras
-Es que ... cuando esperas algo de una persona que quieres mucho, pero ocurre lo contrario, algo doloroso, y justo esa persona es muy cercana-
-¿Te peleaste con Trunks?- no le fue difícil adivinar quién podía ser esa persona cercana para el chico
-M...más o menos- respondió dubitativo sabiendo que no podía revelarle la verdad –Tal vez fue mi culpa. Quizá, no debí decirle eso, de cualquier manera fue muy duro escuchar sus palabras- cerró sus párpados y una lágrima involuntaria recorrió su mejilla izquierda, a pesar que llevaba horas sintiéndose como un pozo seco.
-Goten- giró la cabeza del pelinegro rodeando sus mejillas con sus cálidas y ásperas manos –No importa quién tenga la razón o de que hayan discutido, ambos son amigos y pueden resolver esto hablando-
-Eso creo-
-Y si te sigue molestando lo que pasó espera un poco hasta que estés listo para hablar. ¿De acuerdo?-
-Sí, gracias-
-Quiero que salgas de esa cama, haz algo. Ven a comer-
Una sonrisa a medias indicaba su pequeña mejoría en el ánimo. Después de que su madre saliera el joven comenzó a flotar acostado meditando sobre lo ocurrido, ¿tendría una oportunidad?, o a Trunks no le interesaba; era por ese vórtice de esperanza que no estaba completamente destrozado.
De pronto una vibración le llamó la atención, tomó su celular lanzándolo al aire y atrapándolo con la mano contraria para leer un mensaje
-Goten, ¿Cómo te fue?, ven a contarnos- se leía a nombre de su amigo Mark
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Arruinaste mi identidad (Truten)
Fiksi PenggemarLa amistad es más difícil y más rara que el amor. Por eso, hay que salvarla como sea. Alberto Moravia (1907-1990) Alberto Pincherle. Escritor italiano ¿Drama, romance o humor? A Goten le gustan los chicos, a Trunks le gusta Goten, pero ¿pueden se...