Capítulo 11: No puedes esconder lo que sientes por mí (parte 2)

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Cada vez que estoy con él descubro nuevos sentimientos en mi interior, no sé si le guste realmente, pero me agrada imaginar que sí, ojalá un día pudiera llegar y decirle 'me gustas, ¿Quisieras ser mi novio?'. Sujetos a un amor, flotando en el cielo, riendo juntos....

-Goten, ya vámonos- salió de su desasosiego

-Ya voy-

Los muchachos se detuvieron en una estación que rentaba bicicletas a unas cuantas calles del colegio.

-Trunks, ¿tú sabes conducir esto?-

-Sí, ¿nunca has montado en bicicleta?-

-No-

-No es la gran cosa-

-Mira esta, podríamos ir juntos-

Los amigos de Goten tomaron bicicletas individuales, por su parte los jóvenes se subieron a una doble para que condujera Trunks, era bien sabido para ambos que no debían usar sus habilidades.

-Trunks- habló el menor al montarse en el asiento trasero –Yo no tengo de dónde sujetarme-

-No digas tonterías, puedes volar pero no mantener el equilibrio- el pelinegro realizó una mueca típica - No importa, se supone que te sujetes en ... mí-

-Está bien- titubeó el menor

Esas cálidas manos abrazaron la breve cintura del encantador pelilila, el sol iluminaba el cabello jugando con los tonos brillantes. La reacción natural de ambos fue mirarse directamente por un instante, aunque enrojecidos, los dos obviaron la actitud del otro y observaron el paisaje pensativos.

Las hermosas jacarandas comunes en Japón decoraban el ambiente con ese color morado que hacía recordar el cabello del orgulloso Saiayin. Las golondrinas cantaban en los parques, niños salían de sus hogares aprovechando el día soleado, un bedel tiraba su botella de agua mientras los perros se acercaban sedientos.

Los chicos avanzaban a buen ritmo, Trunks pedaleaba sin esfuerzo y el menor observaba de un lado a otro maravillado. El aroma peculiar del pelilila incitó a Goten, tomó con fuerza al joven conductor y acercó su rostro a la espalda que bloqueaba su visión. Automáticamente Trunks tragó saliva y tembloroso continuó su camino; un intenso hormigueo arañó sus entrañas hasta que cedió la razón ante sus emociones

"No llevamos prisa, no pasará nada si damos un par de vueltas" pensó Trunks

Recorrieron un hermoso parque observando los densos árboles que tapaban el paso de la luz del sol. Un enorme estanque sobresalía en el centro, pasaron por encima de un puente de madera, Goten señalaba a los patos con una mano haciendo aspavientos sin soltarse del abdomen con la otra mano, provocando que el rostro de su amigo ardiera notablemente.

Al salir de ahí cruzaron un gran arco de piedra y se incorporaron a un costado de la avenida contigua, los automóviles los dejaban atrás con gran facilidad.

-Trunks, vamos más rápido-

-No, detente- insistió el mayor

El pelinegro levantó las cejas ante la expresión de su estimado y empezó a pedalear acelerando a un ritmo vertiginoso. Al final fue divertido para ambos recorrer la ciudad como en un cohete, esquivando automóviles, personas y objetos. El transporte estaba destartalado, no soportaba el movimiento de los pies del chico, el olor a quemado penetró la nariz de ambos quienes cual Saiayines ignoraron las señales hasta que una rueda salió disparada y la bicicleta se estrelló de frente con un camión de carga.

-¡No puede ser, atropelle a personas inocentes!-un hombre bajó del vehículo ante el escándalo de la gente cercana –No están aquí, ¡Los debí de aplastar con las llantas!- gritó conmocionado

Arruinaste mi identidad  (Truten)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora