Capítulo 6: El Viaje

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Lara tomó asiento y se quedó observando a las personas que caminaban afuera en el andén, a través de la ventana

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Lara tomó asiento y se quedó observando a las personas que caminaban afuera en el andén, a través de la ventana. La imagen se le antojó bonita, encendió su cámara, y tomó una fotografía. Acto seguido se puso a revisar las fotos que habían en la memoria por el display de la cámara.

De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos al ver el muchacho que venía caminando distraído, buscando el número de su asiento, muy casualmente. Se detuvo frente a donde estaba ella, aún mirando hacia el techo dónde se encontraba la numeración. Mientras se quitaba la mochila para sentarse, volvieron a encontrarse sus miradas.

  —Permiso. —Dijo él muy educadamente, mientras se retiraba un auricular de una de las orejas para escuchar la respuesta.

—Adelante. —Contestó Lara con una sonrisa. 

El chico agradeció y se volvió a colocar el auricular luego de sentarse. Lara volvió a lo suyo, aunque estaba atenta. Intentaba no mirarle de reojo, pero en verdad esperaba que de algún modo se entablase una conversación. Por ahora, percibía su perfume, hasta su fragancia era atractiva, seductora.

Al cabo de un rato en el cual no sucedía nada, Lara fingió que se acomodaba en el asiento y disimuladamente le miró. Él iba con los ojos cerrados escuchando música, pero al percibir movimiento, abrió los ojos. Ella terminó de encontrar posición, y se le ocurrió cómo sacar tema de forma que pareciese imprevista.

  —Disculpa, ¿te molesta que abra la ventana?

El muchacho miró sus labios, percatándose de que le estaba hablando, y Lara sintió conmoción en el estómago. Él se retiró nuevamente el auricular, con gesto apacible y levantando las cejas pronunció—: No te entendí, ¿me repites por favor?

Carraspeó— Que si te molesta que abra la ventana

—Claro que no. ¿Te sientes bien?  —Preguntó mostrando cara de preocupación.

—Sí, sí... Es que no quiero marearme, tengo un poco de calor.  —Era verdad, sentía su temperatura subir ante la mirada de esos ojos profundos y el sonido de su voz grave, pero dulce. Seguramente ya tenía las mejillas coloradas y todo.

—Cuando era pequeño solía viajar mucho, y las altas velocidades me descomponían.  —Sonrió— Por cierto, mi nombre es Evan. Mucho gusto.      

Realmente funcionó, ya que esa primera interacción dio lugar a seguir conversando durante el viaje. Descubrieron que vivían en la misma ciudad (es decir que Evan no estaba de paso), y de hecho, estaban yendo los dos al mismo recital.  Él estaba estudiando periodismo, e iba a cubrir unas notas para el periódico en el que trabajaba, incluso tenía un par de entrevistas acordadas con algunos de los músicos locales, que luego le tocaría redactar al regreso.   

—Veo que tienes una cámara profesional, ¿te gustaría tomar algunas fotos para mi? Luego me las pasas y yo las incluyo en mi columna. —Los ojos de Lara brillaron—. Te daré todo el crédito, por supuesto. 

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2018 ⏰

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