Capítulo 7

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Sus manos eran suaves, eran delicadas, eran sutiles.

Después de todo el tiempo que llevábamos conociendonos, el jamás había visto las heridas en mis brazos causadas por la fuerza desmedida.

Me curó en silencio, yo le miraba curioso, atento y, casi acechando, a sus movimientos.

Una vez mis brazos vendó, beso cada uno.

Podría haberte besado a ti.

¿Q-...

Es broma, bobo.

S-seh.

«Broma.»

El Chico De Bufanda Roja | Bleno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora