Envidia

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La molestia podía apreciarse en sus ojos, aun así el poder de Envidia estaba tranquilo

—Nunca te di permiso de quitarme sangre—la frialdad en sus palabras hicieron relamerse los labios, su sonrisa iba expandiéndose en su cara, lo que causo que el primogénito de los Alicein se molestara más

Aun así ninguno de los dos dijo nada, el Jeje original era tímido, retraído y bastante ingenuo, sin mencionar que no tenía mucha confianza en sí mismo, pero si en las pistolas que le colgaban al lado de sus caderas.

En cambio el poder era lo contrario, su vestimenta no era tan reservada y mostraba su rostro con picardía, Mikuni le odiaba por eso ¿No podía dejar la sensualidad y reemplazarla por lo misterioso?

Sus negros cabellos se mecían por el aire inexistente, como si quisiera seducirle, gruño bajo.

Odiaba estar ahí dentro porque su amada Abel-chan desaparecía

—Ve al grano y deja de causarme escalofríos...eres más escalofriante que Jeje—

El cuerpo de Mikuni se sumergió parcialmente en un pequeño pantano, se quitó su sombrero porque sabía lo perdería, porque quiera o no debía estar de acuerdo con lo que el poder de Jeje le dijera

[...]

—No me pondré esa vestimenta—se cruzó de brazos mirando con molestia al poder de su Servamp, quien solo le ofrecía un taparrabos, y bien, Mikuni podía estar medio sumergido en esa sustancia pegajosa y oscura, pero no cedería.

—Tienes que estar vestido de acuerdo a la época—

—Me niego rotundamente a cumplir una de tus fantasías—

— Soy parte de Jeje también ¿Lo sabes verdad?—

—Una parte que odio de él—

—Yo odio tu parte infantil—

—Amas todo de mí—

—A ninguno de los dos nos gusta tu parte sádica, tramposa e infantil—

—No me importa—canturreo divertido, mirando como el malhumor del poder volvía, gruñendo inconforme, desvaneció el taparrabos como si nunca hubiera existido, Mikuni intento ignorar eso y concentrarse en los ojos del subconsciente de Jeje, el cual poseía los mismos ojos afilados e intimidantes, su piel morena parcialmente descubierta por esa sudadera de manga larga, el cabello negro que Jeje cargaba largo dentro de sí mismo estaba corto.

Cuando se adentró completamente a los recuerdos de su Servamp y tuvo que usar un Shenti deseo tanto golpear a su guía, quien le devoraba con la mirada

—Deja de mirarme de una forma lujuriosa—anuncio con un sonrojo en sus mejillas—te acusare con Abel-chan—lloriqueo lo ultimo

El shenti era una faldilla compuesta de una pieza larga de tela rectangular hecha de tela de lino de color blanco, envolvía su cintura y era únicamente sujetado por un cinturón de tela, para su vergüenza fue "Sub-Jeje" quien se la puso, la había enrollado por su vientre varias veces, lo había pasado entre sus piernas y lo anulo por delante, intento ignorar el hecho de que pareció disfrutar eso.

Llevaba solo unas sandalias hechas de juncos y su torso estaba expuesto, su piel blanca quedaba totalmente expuesta al sol antiguo

—Te odio tanto ahora mismo—

—Y yo te deseo tanto en estos momentos—

— ¿En qué época estamos?—pregunto para evadir ese tipo de pláticas, Mikuni era inteligente podía darse cuenta fácilmente que no estaban en Japón, sino más bien en Egipto, el rio Nilo lo delataba, aun así vio como Sub-Jeje se encogía de hombros

Evento de HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora