Avaricia

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Los ángeles eran enviados a la tierra con una misión que realizar, él, como el ángel que era debía cumplir dicha misión, la cual consistía en transformar en ángel a su rata de mierda.

Podía con eso.

Por ello, cuando de nueva cuenta esa masa amorfa llego a su lado, supo que no se liberaría de ella tan fácilmente, ahora solo era una esfera con grandes ojos saltones, diría que se veía adorable, pero eso no era verdad, paloma-san era adorable y pura ¿Por qué no era una paloma-san?

En cuanto dejo de observar a la rata de mierda se dio cuenta que estaba en un lugar extraño, casi podía decir que era similar al lugar donde el creció, solo que eso se veía más antiguo.

En cuanto vio a una cabellera rubia pasar velozmente frente a él supo que las cosas estaban comenzando, por lo tanto, no perdió tiempo en seguirlo.

...

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Sus piernas pesaban, algo raro en él, aun así, eso no impidió que siguiera a la rata, la cual lucia ligeramente cambiada, incluso no podía decir que se veía como la última vez que vio un recuerdo de él.

Sus sentidos angelicales le decían que ahí, Hyde no era nada más y nada menos que un ángel a punto de caer en las garras de un demonio.

Bueno, talvez estaba exagerando, quizás todavía faltaba un poco para que tan siquiera el demonio llegara a conocerlo.

Ahora solo era seguido por idiotas que necesitaban ser pateados por sus angelicales piernas

— ¡Atrápenlo! — grito uno por encima del grito colectivo que ya estaba, Licht aprecio un poco mejor al mocoso, aunque de cierta forma era mucho mayor que él.

Sus ropas no eran muy distintas a sus compañeros matones, en cambio, eran totalmente diferentes a su rata. La cual parecía cierto niño desamparado de calle.

Sintió pena por ese ángel en desgracia, y el solo podía observar, lo cual le hacía sentir tan mal.

En algún punto de esa corrediza los pies descalzos de Hyde comenzaron a sangrar, quizás por el camino tan irregular por el que corría.

Verlo tropezar fue duro, verlo siendo golpeado por otros fue doloroso.

—Que ángel-chan se preocupe, me hace tan feliz— la masa amorfa estaba a sus espaldas, llorando a moco tendido con un pañuelo en medio de su cara, sus instintos de ángel le decían que era la nariz.

Aun cuando quería decir algo como "Calla rata de mierda" no pudo, sus sentidos completos estaban en aquel lloroso chico, lleno de sangre y heridas que en un tiempo se volverían moretones.

Se dirigió al lastimado chico, quizás ahora solo era un absurdo espectador, pero no quería seguir escuchándolo llorar, eso era tan molesto para él.

Los matones se habían retirado en cuanto se aburrieron de golpearlo, solo que Licht no se dio cuenta de ellos.

Se acuclillo a su altura

—Oye, levántate— en ese preciso momento el rubio chico dejo de llorar, sus ojos que se habían mantenido cerrados desde que comenzó la golpiza se abrieron en asombro, sus ojos, de un color tan claro como el cielo mismo, Licht no tuvo más dudas respecto a su compañero.

Había sido un hermoso ángel antes de convertirse en aquel apuesto y molesto demonio.

Se imaginó a si mismo levantándolo, y ante la sorpresa de su rata lo hizo.

Evento de HalloweenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora