Capítulo 2.

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Ya era la hora de la salida, mis amigos ya se habían ido y yo estaba afuera de la escuela esperando a que el mocoso se dignara a salir. Cuando lo hizo, no perdí más el tiempo y me acerqué rápidamente a él.

— ¡Jungkook!

Jeon suspiró, pero aun así detuvo sus pasos.

— ¿Qué quieres ahora?— Murmuró guardando su celular.—

— Oh, pues pensaba en qué tal vez podría acompañarte a casa.

— No, gracias. —Dijo empezando a caminar con dirección a su hogar por lo que tomé su brazo.—

— Por favor, Jungkook, quiero que veas que yo no solo quiero follar contigo —Lo miré con ojos suplicantes.—

Jungkook rodó los ojos y arrugó su nariz.

— Bien. —El de hebras color café empezó a caminar, siendo seguido por el azabache.—

— Platícame de ti.

— Soy Jeon Jungkook, tengo veintiún años y-

— Te ves menor —Lo interrumpí sin poder evitarlo, sinceramente antes de saber que era un año menor que yo, había pensado que era de recién ingreso y tenía unos dieciocho.—

— Ya veo, ¿entonces te gustan menores?

— Sabes que eso no es lo que quería decir. —Me quejé haciendo un diminuto puchero. —

Jungkook se alzó de hombros y rio. Cuando llegamos a su hogar, se detuvo frente a mí para luego dar media vuelta y así poder observarme.

— Uhm...gracias por acompañarme a casa. —Hizo una pequeña reverencia.—

— No hay de qué pequeño, quiero que sepas que mis intenciones contigo no son malas.

"Mentiroso"

Jungkook asintió y sonrió muy levemente para después entrar a su hogar no sin antes haberse despedido.

Sonreí orgulloso, esto se podría considerar como un pequeño avance, ¿no es así?

—Yo ganaré ese dinero.

Metí mis manos a mis bolsillos y me encaminé a mi departamento mientras me ponía a pensar en mi siguiente paso, ¿qué podría hacer para que aquel pequeño cayera enamorado? Se notaba que no era fácil, pero nadie se resistía ante el gran Min Yoongi. Incluso yo me enamoraría de mí mismo si pudiera.

En el camino escuché unos ruidos, me acerqué por curiosidad y era una feria. Perfecto. Me acerqué y pedí dos boletos, mañana en la universidad se los mostraría al menor para que me acompañara, tengo entendido por los k-dramas que veía a veces con Hoseok, que algunas personas aman salir en citas, tal vez eso me ayude a progresar más rápido.

—Ah, Jungkookie, Jungkookie, vas a caer en la boca del lobo. —Reí con levedad retomando el camino a mi hogar.—

[...]

Jungkook.

Al entrar a casa, dejé mis cosas en el sofá, me dirigí a la cocina saludando a mamá con un beso en la mejilla y empecé a ayudarle con la comida.

Al finalizar, servimos en la mesa el estofado y algo de jugo de naranja.

— ¡Bebé! ¡La comida está lista!

Grité y bajó Dylan, un dulce pequeño de cinco años, lo cargué y llené su rostro de besos mientras él reía.

— ¿Ya lavaste tus manos? —Él asintió y yo lo senté para después acariciar su cabello.— Muy bien cielo, ahora come. —Me senté a su lado junto a mi madre y comenzamos a comer en familia.—

"Si tan sólo él estuviera aquí."

Decidí ignorar esos pensamientos, no era momento para ponerme triste.

— ¿Y cómo te fue en la escuela, cielo?

Me preguntó mamá, jugué un poco con la comida antes de tomar un bocado.

— Como siempre, estuve con Tae un rato, luego fui a la biblioteca y-

— Vi que un chico te trajo a casa.

Mierda, justo este tema era lo que quería evitar.

— Oh, sí...es un chico mayor, se llama Yoongi, pero no pienses otras cosas, madre.

Dije al ver el modo en el que ella me observaba.

— Hijo, sabes que yo no me molestaré si tienes novio.

Sonrió y Dylan pegó en la mesa con sus puñitos.

— ¡No! ¡Koo mío!

El chiquillo me abrazó y yo lo senté en mi regazo dejando besos en sus regordetes cachetes.

— Solo tuyo, precioso, no te preocupes. —Reí regresando la mirada a mi progenitora. — Y yo sé que no te molesta mamá, pero no tengo tiempo para eso, debo ayudarte con los gastos de la casa, con Dy.

— Kookie, ya hablamos de eso, esas cosas no son tu responsabilidad, agradezco tu ayuda, créeme, pero debes enfocarte en tus estudios, ¡estás a un año de graduarte de la universidad!, y no has hecho muchas cosas por ayudar en casa, socialmente hablando, estaremos bien, mi amor, por favor deja que tu vieja madre se encargue de todo.

Suspiré sin estar para nada convencido.

— Pero-

— Nada, ahora, terminen de comer, además, no es como si estuviéramos a punto de quedarnos sin casa, cariño. —Dijo divertida. —

— Yo sé, mamá, pero a veces me gustaría que tu pudieras descansar más, no lo sé, simplemente disfrutar sin preocuparte. —Murmuré bajando la mirada. —

—Por el simple hecho de ser madre ya es imposible que viva sin preocupaciones, por más de que ustedes tengan cincuenta años, yo seguiré pensando en como están, si les hace falta algo, entre otras cosas, ya no te martirices con eso, hijo.

Besó mi sien y acarició mi cabello.

— Tal vez podrías intentar darle una oportunidad a ese chico, estarás bien, lo prometo.

La miré sin estar del todo convencido, ella no sabía lo que yo sí sobre Yoongi, pero para no distraerla más, simplemente asentí sonriendo ligeramente.

¿un juego? - yoonggukDonde viven las historias. Descúbrelo ahora