Cuatro.

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Se sentía tan raro.

Tan diferente.

Un año antes, el verano había sido como todos. Es decir: un asco por tener que quedarse en su casa, sin ir a ninguna parte de vacaciones, pero maravilloso por poder estar junto a Mark.

De hecho, todo había empezado entonces, pocas semanas antes de...

Un año. Sólo eso. Y en ese tiempo...

Los pensamientos llegaban a embotarlo, pero aún más lo hacían las emociones que lo asaltaban los muros de su espíritu continuamente, a traición, desarmándolo, produciéndole aquel vértigo, aquella sensación de irrealidad.

A veces no sabía qué era mejor, ni sabía qué  cara poner, qué decir, cómo enfrentarse a su nueva vida con la apariencia de normalidad. Para el mismo era alucinante, así que imaginaba lo difícil que debía ser para los suyos, su familia, sus amistades, el mundo entero.

Pero estaba vivo. Eso era lo único que contaba.

Vivo.

Aunque no dejaban de recordarle que casi se trataba de un milagro.

Todos, con su actitud.

Por eso, cuanto le rodeaba, su visión de las cosas, sus dimensiones, todo había cambiado.
Exterior y interiormente. Los demás no se daban cuenta, porque no podían meterse en su cerebro, ni bajo su piel, ni mucho menos en su corazón, para mecerse con cada latido de esa nueva vida.

Quizás todos debían ir a un psiquiatra. Todos.

El, su familia, sus vecinos, todos.

El silencio de su habitación lo confortó. Sólo entre las cuatro paredes de esa habitación se sentía bien, a salvo de todo mal.

Era lo único que tenía, ese reducto le pertenecía. 

Más allá de la puerta quedaba el resto del universo: su madre, en la cocina, dándole vueltas a la cabeza; su padre, trabajando y apartado de todo durante unas horas de todo aquello, pero igualmente pendiente del teléfono y de su miedo, superado, no derrotado; su hermano mayor, a punto de ir a la universidad y lleno de planes, recuperándose del impacto de aquellos meses pasados en los que, casi de milagro, no perdió el curso; Jihoon, convertido en el rey de la pequeña piscina, con lo cual acercarse a ella era una temeridad, que se pasaba, sin embargo, el día mirándolo como si fuese un fantasma; Hoseok, siempre dispuesto a animarle, convertido en su fuerza moral, aunque a veces su energía lo llevaba a rozar los extremos.

Jungkook, de espaldas al espejo de la pared, empezó a desnudarse para ponerse el bañador.

Un bañador, si es que se le podía llamar así, sólo era un short de baño con una de sus camisetas cerradas hasta el cuello. Una rareza, era verano. Se quitó la camisa, los pantalones y la ropa interior.

Cuando quedó desnudo, se dió cuenta que su bañador estaba junto al espejo, así que, al girarse y alargar la mano, se vio reflejado por un momento, de refilón.

Cerró los ojos, cogió la prenda y volvió a darle la espalda al espejo.

Entonces se percató de lo absurdo que había sido su gesto.

Si el era el primero en no enfrentarse a la realidad, ¿cómo podía pretender que su familia lo entendiera?

Vaciló, pero fue apenas un instante.

Luego giró sobre sus talones por segunda vez y se enfrentó a su imagen en el espejo.

La cicatriz, que hacía de su garganta, bajaba en una horrible línea vertical atravesándole el cuerpo caso hasta el ombligo. Era como una cremallera que no se  abría. Una cremallera rosada y salpicada constantemente por breves trazos horizontales. Pasaba por en medio de su pecho. Y aun siendo espantosa, eterna, sabía que representaba la puerta de su esperanza, la clave de su nueva vida. La cicatriz no era nada más que la huella visible, el vestigio de lo sucedido.

Se llevó la mano derecha hasta ella.

La tocó.

¿Era primera vez que lo hacía?

No, pero si de aquella forma. Y lo importante era la forma.

Cerró los ojos y escuchó los latidos de su corazón.

Su corazón.

La vida es muy extraña, pero sólo cuando se está a punto de perderla tomamos conciencia de lo que vale y de que lo es todo, pero no tenemos nada más.

Jungkook llenó sus pulmones de aire y se terminó de vestir.

Tiempo. Necesitaba tiempo.

A fin de cuentas, estaba aprendiendo a vivir de nuevo.

Donde esté su corazón. ||Vkook||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora