Cinco.

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Hoseok fue el que le dio el codazo, nada disimulado, según su más puro estilo.

-¡Está ahí! -cuchicheó, aunque fue como si gritara.

-¡Ay! -protesto Jungkook por el golpe-. ¿Quién está ahí?

-¡Él!

-¿Pero...?

-¡No, no te gires! ¿Estás loco?

-¡Ya, ya entendí, basta!

-¿Desde cuándo has  olvidado las normas?

No girarse. Ésa era una.

-¿Quién está ahí?

-¡El tímido! ¿Quién va a ser?

No se lo dijo, pero creyó que se refería a Mark.

-Bueno, ¿y qué?

-Es que nos ha visto, ¡y viene hacia aquí!

Eso sí lo desconsertó.

-¿Cómo que viene hacia aquí?

-Pues eso, que viene.

Se lo dijo sin abrir apenas la boca, con los labios distendidos en una sonrisa, fingiendo mirar a todas partes. Eso obligó al castaño a mantener la calma y guardar silencio. Hoseok ya no volvió a hablar.

Contuvo el aliento menos de tres segundos.

-Hola -escuchó la voz ronca por detrás.

Fue momento de liberar tensiones. Esta vez sí giró la cabeza y le vio aparecer por su izquierda.

Llevaba una camisa blanca muy bonita, unos jeans negros que se ajustaban perfectamente a su figura, lo abrigaba una chaquetilla de flequillos y llevaba su distintivo cabello rojizo. No era un modelo, pero realmente para recién salido de un anuncio de televisión. Un anunció de alto rango.

-Hola -respondió con una calida sonrisa Hoseok.

El chico miró a Jungkook

-¿Qué tal?

-Bien.

-Me alegro...

-Bueno, caí sobre una parte blanda -sonrió el.

Hoseok no perdió el tiempo ni oportunidades.

-¿No quieres sentarte? -le invitó.

Recibió una parada por parte de castañito por debajo de la mesa, pero logró mantenerse estoico, como si nada, con la misma sonrisa cincelada por el fuego de la experiencia sobre su rostro.

-Bueno, no quiero molestarlos, sólo...

-Tú no eres de por aquí, ¿no? -continuó el mejor amigo del castaño viendo que se les escapaba.

-No, soy... soy de Seogu, acabo de llegar y no conozco a nadie, la verdad.

-Pues entonces ya nos conoces. Va, siéntate y no te hagas el interesante -insistió.

Está vez la nueva patada de Jungkook no lo alcanzó, porque Hoseok se apartó antes de que llegara a su pierna. La silla hizo un ruido curioso, similar a un chillido, al desplazarse por el suelo.
Entre la marea de voces de los que llenaban el Casino, sonó con hiriente estrépito. Media docena de miradas se posaron sobre ellos.

-¿De verdad no les importa? -vaciló el mirando a Hoseok.

-¡Que no, hombre, que no! -dijo exaltado el castaño, ya hartado de las preguntas.

-Bueno, pues... gracias -dijo el recién llegado.

Y se sentó entre los dos amigos.

Donde esté su corazón. ||Vkook||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora