CAPÍTULO 6

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Hace unos meses estaba bien.

¿Qué mierda había pasado para que todo se complique tanto?

Estaba seguro de que eso era cosa del Karma por haber sido un capullo, pero... ¿Tanto? No recordaba haber matado ni secuestrado a nadie.

Ya había perdido una novia, su apartamento y ahora ¿Su gato?

Sabía que en los últimos día... seman... meses se había comportado como un idiota, pero... ¡¿Cómo coño no se había dado cuenta de que Happy no estaba?!

Había tenido que aparecer Levy en compañía de los dos imbéciles para caer en la cuenta de todo lo que estaba pasando y de que Happy no estaba.

¡¿Cómo un gato puede irse de casa?!

Y lo peor.

¡¿Cómo no se había dado cuenta antes?!

Vale, estaba pasando por un pequeño bache, pero... ¡Joder! Happy era muy importante para él.

Cuando Levy le hizo darse cuenta de que no lo había visto por ninguna parte, casi se vuelve loco.

Había registrado la casa de arriba a abajo y cuando no lo encontró, había ido puerta por puerta por todo el edificio preguntando si lo habían visto.

Happy era pequeño, pero era azul.

Alguien debe haber visto un gato azul.

Por desgracia ninguno de ellos le habían ayudado en nada, salvo a expandir su léxico en cuanto a insultos en diferentes idiomas.

Una mujer que vivía en primer piso le había dicho que lo vio rondando por el pequeño patio delantero, pero que no le dio importancia porque no era la primera vez que lo hacía.

No le servía de nada, pero de todas formas le agradeció.

Busco por los alrededores del edificio y las calles más cercanas a este.

Nada. No había encontrado nada.

Estaba empezando a desesperarse.

No podía perder a Happy.

Sabía que se había comportado como un imbécil con todo el mundo, sobre todo con sus amigos, y hora que se daba cuenta que con Happy también.

Sonara estúpido, pero siempre había estado allí y siempre la hacía sentir mejor.

Era un gato, pero era su gato.

No quería perderlo.

No podía perderlo.

❌❌❌

-¿Carteles?- pregunto Sting con una ceja levantada mirando con curiosidad a la rubia que escribía concentrada en el ordenador.

-Es lo mejor que se me ha ocurrido- dijo simplemente Lucy sin siquiera levantar la mirada hacia él chico que se encontraba sentado a su lado en el sofá.

Habían pasado varios días desde que los dos, Sting y Rogue, se enteraron del pequeño y curioso inquilino que tenía su mejor amiga en su casa.

Ambos se habían dado cuenta de que a Lucy le encantaba jugar y pasar el rato con el pequeño animal. La conocían muy bien y desde la llegada del extraño gato azul, Lucy se encontraba algo más animada que de costumbre.

Sting no podía evitar fijarse en como Lucy acariciaba y mimaba a Happy que se encontraba medio tumbado al otro lado de ella. El gato, notando toda la atención que recibía, no se separaba casi nunca de ella. Se había fijado en que Happy la seguía casi todo el tiempo.

El gato del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora