Sentimientos

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Él sonrió y su corazón se detuvo por un instante. Algo brotaba desde su interior y hacía que su corazón latiese más y más rápido. Para Sarada, era la primera vez que sentía este tipo de sentimiento. No podía dejar de mirarlo y sin percatarse de ello, sus ojos iban inconscientemente al chico.

- ¿Qué me pasa? -se preguntó a sí misma avergonzada.

- ¿Ocurre algo? -le preguntó el chico al verla seria y sonrojada.

- N-Nada - contestó Sarada sin mirarle a los ojos. Aunque su respuesta no contentó a Mitsuki.

- ¿Quieres que vayamos al hospital a que te revisen? -preguntó preocupado.

- N-No. Te aseguro que estoy bien... Solamente déjame sola...

Mitsuki le miró entrañado y hasta un poco preocupado por su extraño comportamiento. Él quería que ella le mirase pero en el estado en el que estaba, Sarada ni siquiera le había mirado a los ojos. Mitsuki no quiso seguir insistiendo para no presionar a Sarada y se fue de allí no sin antes decirle que podía contar con él.

- ¿Por qué he hecho eso? -dijo cuando lo vio alejarse-. Quería que te quedases conmigo... -dijo desanimada.

Sarada también se fue de allí en dirección a su casa. Su madre la esperaba para cenar. Tenía la intención de preguntarle sobre el amor pero por algún motivo, aunque obviamente era vergüenza, no lo hizo. Tras comer, subió a su habitación y se preparó para darse un baño. En el ofuro, se preguntó a sí misma que era lo que sentía por su compañero, ¿amistad o algo más? Mientras se lavaba, pensó en como se sentirían las manos del chico sobre su cuerpo. Al notar el contenido de ese pensamiento, Sarada no pudo evitar sonrojarse.

- ¿A quién quiero engañar? Soy muy linda e inteligente... Pero soy muy torpe en el amor... Y aunque no lo sea, ¿quién dice que Mitsuki siente lo mismo por mí que yo por él? Espera -dijo dándose cuenta de sus palabras-. ¿Ya he... aceptado... que... estoy... e-enamorada...? -dijo sorprendida.

Son decir nada más, salió del ofuro, se fue a su habitación y se tumbó en la cama. Cerró los ojos intentando dormir pero jo lo consiguió.

- Sería genial poder dormir junto a... -sus ojos se abrieron ante la sorpresa de sus propias palabras.

Sin pensar demasiado en lo que decía, acababa de desear que Mitsuki estuviera a su lado para dormir. Algo no muy común y que no pensaba que fuera a pasar jamás.

- Él nunca se fijaría en mí... Pero parece que ya no hay vuelta atrás... Estoy enamorada de Mitsuki -dijo con lágrimas y sin poder aguantar, sollozo ligeramente por varios minutos.

Mientras tanto, Mitsuki estaba sentado relajado en la cabeza de Naruto pensando acerca de Sarada. Él la amaba pero sabía o creía saber que ella no sentiría por él ese tipo de sentimientos ya que para ella, él solamente era un compañero para Sarada.

- ¿Qué debería hacer con estos sentimientos? ¿Contarlos y ser rechazado... o aceptado? Es imposible que eso pase... Ella y yo no estaremos nunca juntos. Brilla demasiado para alguien como yo... Su sedoso, fino y azabache cabello... Sus ojos de una igual azabache... Su piel blanca y tersa... -dijo ligeramente sonrojado-. Todas las partes de su cuerpo... Las quiero... -una ligera chispa se había encendido en sus ojos pero se esfumó en un segundo-. Pero no puedo tenerlas... Ella no me correspondería jamás... Pero la amo tanto... Yo... Estoy enamorado de Sarada... -dijo dejando caer una lágrima de frustración por su rostro.

A la mañana siguiente, Sarada y Mitsuki se prepararon para salir con Boruto y entrenar. Prometieron encontrarse en la fuente de siempre. Los primeros en llegar fueron Mitsuki y Sarada. El ambiente estaba tenso y era incómodo.

MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora