••••

1.9K 150 10
                                    

Lee entró despacio al apartamento el cual estaba tranquilo, con las luces apagadas, sin ningún tipo de ruido.

Dejó sus maletas cerca de los sillones de la sala y sonrió con felicidad.

Jungkook se levantó de uno de los sillones.

Ella se giró rápido y sonrió aún más al verlo.

– Me alegra que por fin hayas llegado. – dijo con la voz ronca y aún adormilado –

– Gracias por quedarte al pendiente. – Lee dijo susurrando – Puedes ir a dormir.

– La cama que será tuya está en el mi cuarto. Vamos para allá. – se levantó del sillón despacio –

– Puedo quedarme en el sillón.

– No, no tiene sentido. Hay una cama de sobra, ¿para qué el daño lumbar? – se posó frente a ella –

Ella rió.

– ¿A dónde fuiste? Demoraste mucho.

– Fui por mis cosas.

Se miraron a los ojos.

– A la próxima dejame acompañarte, no me sentía agusto. – confesó –

– De acuerdo. – le sonrió –

– Vamos. – él también le sonrió –

Lee tomó sus maletas y comenzó a seguir a Jungkook.

Pero de repente el se paró en seco haciendo que Lee chocara con él.

– Dejame ayudarte, lucen pesadas.

Cargó ambas maletas, una en el antebrazo y una en la mano. Tomó a Lee de la mano y la guió hasta el cuarto.

– Tu dormidas abajo. – dejó las dos maletas cerca del closet sin soltar a Lee de la mano – No quiero que te caigas de la cama y te lastimes. – se le volvió a posar enfrente a ella –

– Muy bien, gracias Jungkook. – ella sonrió tiernamente – ¿Puedo llamarte Kookie? ¿O Jungkookie~? – preguntó emocionada –

El rió.

– Llámame Jungkookie, me gusta más que Kookie.

– Bien, Jungkookie, durmamos, es tarde. – Lee le dio un pequeño toque a la nariz de Jungkook –

El sonrió para después mirarla a los ojos.

No sabía que pasaba en su corazón, en su mente, en su estómago. Su corazón latía rápido cada que cruzaban miradas, su mente se olvidaba de todo lo demás fuera de ella, su estómago sentía mariposas o eso creía él.

Era algo que jamás en su vida había sentido por alguien, la emoción por que ella lo vea a los ojos, la sencillez de su apariencia, sus manos, su cara... Todo era perfecto en ella, al menos para él.

Sin pensarlo dos veces Jungkook envolvió a Lee en sus brazos. Ella lo correspondió inmediatamente.

Lee respiró su el perfume de Jungkook y supo que iba a ser su aroma favorito de ahí en adelante.

Jungkook respiró el aroma del cabello de Lee y sonrió. Amaba su aroma.

– Jungkookie~ – dijo Lee –

– ¿Hm?

– Durmamos.

Se separaron y se volvieron a sonreír tiernamente.

Él subió a su cama y ella se acostó en la suya.

– Descansa, Jungkookie~

Jungkook sintió como la felicidad recorría su cuerpo al escuchar a Lee decir eso.

Sólo por un tiempo. [Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora