13.

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Sus manos temblaban.
Sus ojos estaban inquietos mirando de un lado a otro.
Sus pies no dejaban de moverse.
Su estómago estaba alborotado.
Había un nudo en su garganta.

Estaba por fin en la fecha de su cita con Jungkook. Mira que era verdad que indirectamente habían tenido citas.
Cuando los miembros salían de casa y se quedaban ambos solos. Bailaban al ritmo de Elvis Presley, cocinaban y cenaban juntos. Finalmente esperaban a la noche para cada uno meterse a bañar y dormir abrazados.

Lee estaba que el mundo se le venía encima, que todo el mundo estaba derribandose, le daba algo en el estómago y tenía algo de náuseas.

Había pedido a Yoongi, Jimin y Jin que la dejaran sola. Necesitaba un respiro.
Estaba nerviosa por algo que no debería, no quería arruinar su primera cita con él. Él era realmente importante para ella y arruinar sus sentimientos con algo que saliera mal sería fatal.

Se escucharon dos golpecitos en la puerta.
Lee suspiró.
Yoongi entró en la habitación.
La menor volteó a verlo y sus ojos estaban brillosos.

— ¿Qué pasa linda? — el de cabello menta acarició el cabello de la menor.

— No quiero arruinarlo. — unas lágrimas se escaparon.

— No lo arruinaras, va a salir todo bien, y si no es así yo te estaré esperando con un fuerte abra...

La chica lo envolvió en un fuerte abrazo que le calmó las ansias, los miedos, los revoltijos, reacomodo todo.

— Venga Lee, te están esperando fuera.

Ambos se separaron y ella se miró una última vez en el espejo.

— Luces preciosa. — Yoongi le sonrió.

Ella lo miró y sonrió.

— Bueno, estoy lista. — se levantó con aquella bella sonrisa en el rostro.

Lee tomó a Yoongi por el antebrazo y ambos salieron de la habitación.

Era como si el mundo cerca de ella se hubiese congelado al ver a Jungkook ahí esperando por ella.
Sus miradas se encontraron y ambos sonrieron.

¿Jungkook?
Agradecido con la vida por haberle topado a la chica más divina del planeta entero.
Su corazón iba al mil por hora, no era tiempo de ver negatividad, todo era positivo, no había nada imposible cuando ambos se perdían en la potencia de sus miradas al encontrarse.

Jungkook tomó de la mano a Lee y sonriendo salieron del apartamento.

Llegaron a la salida del edificio y ahí había un lindo auto. Jungkook abrió la puerta del copiloto a la chica, ella subió sin dudarlo, luego Jungkook tomó lugar a un lado de ella en el piloto.

— Primer destino. — Jungkook la miró.

— Si, ¿Cuántos destinos habrá? — ella también lo miró.

— Hasta que ya no puedas más. — el sonrió.

Conducio el pelinegro hasta un restaurante de comida italiana.
Estacionó el auto y ambos salieron de él. Jungkook tomó a Lee de la mano y entraron juntos.

— Buenas noches. - saludó un mesero con una sonrisa.

El lugar era extremadamente lindo. Rústico y con plantas, había barriles de cidra por todos lados.

— Ven. — Jungkook guió a la chica hasta su mesa.

Ambos tomaron asiento y él pidió unas bebidas en lo que la comida estaba.

— Ballantine's. - la chica sonrió a la botella.

Ambos tenían ya un pequeño vasito de shot con producto dentro.

— Salute, señorita.

— Salute.

Brindaron y lo tomaron.

Pronto llegó su pasta y albóndigas.

— Dios, esto está buenísimo. — dijo ella al dar una sola probada a su comida.

— ¿Verdad que si? — él sonrió a ella.

Ella asintió con una sonrisa también.

— Este lugar es especial, lugares así no encuentras dos. — él comentó — Justo como tú, chicas como tú no las encuentras otra vez.

— Me fascinas Jeon Jungkook.

Comentó ella sin pensarlo.

Sólo por un tiempo. [Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora