Sólo por un tiempo. [Jungkook]

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Todos se encontraban dormidos en sus cuartos.

Lee ya estaba por irse.

Guardaba una polera especial para el frío que Jin le había regalado.
Traía puestos los guantes que Tae había comprado para ella.
También estaba usando la chaqueta que Jungkookie~ le había regalado.

Se puso su cachucha y puso la mochila en sus hombros.
Guardó su celular en la bolsa del pantalón y se dispuso a salir.

Antes de que abriera la puerta sintió como unos brazos familiares envolvieron su cintura.

Sonrió.

– Ten un hermoso día. – dijo Jungkook –

– Ten un hermoso día también, Jungkookie~ – volteó para poder ver la cara de él – Te veo más tarde.

– Claro que si. – él le sonrió –

Ella sonrió, se separó de él y finalmente salió del apartamento.

Habían pasado cinco meses desde que Lee vivía con los chicos.
Todo era realmente genial.

La comida que Jin enseñaba a preparar a Lee.
Los consejos de Namjoon hacia ella.
Las bromas de Hoseok y Lee a los demás.
Los videojuegos que Tae enseñaba cada día a Lee.
Los días que Jimin y ella bailaban juntos.
La hermandad que había tomado con Yoongi.
Y el amor que sentía hacia Jungkook.

Aunque no todo podía ser bueno...

El Señor Soo estaba enfermando y Lee estaba triste por eso.

Lee dobló la esquina para llegar al café y comenzó a sacar su delantal y cachucha de la mochila mientras se quitaba la chaqueta.

Trató de abrir la puerta de la entrada pero, estaba cerrado.

Empujó fuerte las puertas.
Lo peor vino a su mente.

Señor Soo.

Lee guardó rápido su cachucha y delantal en su mochila, la cerró, se la colocó en los hombros y comenzó a correr hacia la casa del Señor Soo mientras cerraba su chaqueta de nuevo. 

El Señor Soo había invitado a Lee varias veces a cenar a su casa, la presentó con su esposa, con sus hijos quienes ya estaban grandes.

No quedaba nada lejos del café.

Lee tocó la puerta de la casa del Señor Soo, pero...
No fue atendida.

La volvió a tocar, esta vez golpeó con más fuerza.
Y de nuevo, no fue atendida.

El pánico comenzó a crecer en ella.

Se comenzó a agarrar el cabello desesperada, a tronarse los dedos y a caminar de un lado al otro.

Trataba de recordar algo que le dijera donde estaba el Señor Soo.

Y al final... Si lo logró...

– Estoy enfermando, Lee. – dijo él Señor triste –
– No diga eso, Señor. Ya verá que se va a reponer. – contestó Lee mientras limpiaba la barra –
– Espero que si, ayer fui a el hospital y me dijeron que estaba mal.
– ¿Qué hospital? – frunció el ceño –
– Seúl H.
– Seguro mienten. – bufó –
– Ay Lee, siempre sabes que decir, ¿no? – soltó una carcajada –
– Quizá... –  rió también –

– Claro, Seúl H. – lo repetía una y otra vez –

Hizo la parada a un taxi y pidió que la llevaran lo más rápido posible.

– Muchas gracias.

Dijo al taxista.

Corrió hacia adentro del hospital.

Volteaba la mirada a todos lados.

¿Qué debería hacer? ~

Pensó.

Visualizó a lo lejos la tipo recepción y corrió hacia ella.

– Hola, buenos días. – dijo un poco cansada – ¿Puede decirme si aquí está el Señor Kim Yoon Soo?

– Claro que si, permitame un momento. – comenzó a buscar –

– Claro. – Lee veía con atención –

La chica receocionista hizo un gesto triste.

– ¿Está aquí? – Lee preguntó al ver su expresión –

La chica la miró y se levantó haciendo una reverencia que duró mucho tiempo.
Lee no lo entendía, o quizá si, pero, no quería pensarlo...

– El Señor Yoon murió hoy a las 7 de la mañana. – la recepcionista volteó a ver a Lee –

Lee se quedó congelada.
No podía ser cierto.

– No. Debe haber escrito mal el nombre...

– No, puede verlo si quiere. – la recepcionista volvió a hacer una reverencia – Lo siento mucho.

Lee comenzó a respirar desesperada.
Volteaba a todas partes.

Esperaba que alguien saliera de algún lugar gritando que era una maldita broma pesada.
Pero...
Eso no iba a pasar.

Lee volteó a ver a la recepcionista para luego correr hacia afuera del hospital.

Comenzó a llorar descontroladamente.

No sabía que hacer, con quien comunicarse para ver al Señor Soo...

Saco su celular tratando de calmarse.

Buscó en sus contactos y ahí estaba, Kim Ha Neul, la hija del Señor Soo.

Toco el icono para llamar con las manos temblorosas.

–Hola...
– Neul, dime que no es cierto...
– Mi papá... – comenzó a llorar descontroladamente–
– Ay no...

Lee colgó y comenzó a llorar de nuevo.

– No, no, no, no... Ay Señor Soo... ¿Por qué tan rápido? ¡Quiero verlo! ¡Quiero agradecerle por creer en mi! ¡Quiero volver a bailar y cantar en el café con usted! ¡Por favor! Vuelva...

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La puerta del apartamento fue abierta y todos los chicos voltearon a ver quien era.

– ¿Lee? – dijo Jin – ¿Qué haces aquí?

Jungkook se levantó de su silla y caminó hacia ella.

Lee comenzó a llorar.

Todos se levantaron de la mesa y se acercaron a ella.

Jungkook la abrazó.

– ¿Qué pasa? – preguntó Hoseok –

Lee se separó un poco de Jungkook.

– El Señor Soo murió... – apenas pudo pronunciarlo –

Todos conocían al Señor Soo.

Todos agacharon la mirada.

Mientras que Jungkook y Yoongi abrazaban a Lee...

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