Affection [JimSu] [YoonMin]

05. Ramé

Dedicado a: @DanaAguirre9

Min Yoongi se adentró en su habitación, deteniéndose para mirar la cama bien hecha de su hyung, con el cubrecama rosado y las almohadas enmarcando la cabecera. Frunció el ceño hacia ella, con ganas de golpearlo y revolvió su cabello, frustrado, antes de dejarse caer en su propio sitio. Pensar que solo estaba a una pared de distancia de Seokjin nunca le había resultado tan incómodo.

Dio un repaso mental a los detalles de lo que acababa de pasar, reparando en las partes clave que en ese momento le parecieron importantes. Claves para decidir lo siguiente que debía hacer.

1.- Aparentemente, Jimin estaba enamorado de él y era el único idiota que no lo sabía.

¡Maldición! ¿Cómo podía ser obvio algo como eso?

Sí, Jimin podía ser muy empalagoso con él a veces pero siempre era frente a las cámaras y eso era fanservice ¿no?
Además, Jimin siempre era empalagoso y amable con todos, reía con todos, jugaba con todos, hacía cosas desinteresadamente y se sonrojaba con todos .
Ó... ¿eso no lo hacía?

2.- Hoseok lo sabía
Todo lo que Namjoon había dicho era tan cierto que no lograba sentirse cómodo. En serio era un completo estúpido. ¿Realmente lo hacía?
Pero, si Hoseok lo sabía ¿por qué nunca se lo dijo?

Le había guardado secretos.

A él.

A su mejor amigo sobre la faz de la tierra, -como le llamaba a veces-.
Eso dolía aún más. Quiso pensar que Hoseok no estaba enterado de nada, que su tiempo compartiendo con Jimin no era factor para que le guardara secretos, quiso convencerse a sí mismo de que no lo sabía.

No quería pensar, esperaba que el tiempo se detuviera y que cuando despertara todo fuera sólo producto de su imaginación. Se obligó a dormir, deseando volver a días atrás. Era inevitable, su cama era el verdadero amor de su vida que lo seducía lentamente y siempre terminaba cediéndo ante ella, así que se rindió y simplemente volvió a dormir.

🌸💮🌸

Las manos frías recorrieron centímetro a centímetro su dermis, enviando escalofríos a su sistema al contraste con su piel entrada en calor; labios suaves marcando un camino tortuoso de su cuello hasta la espalda baja y la sensación de los dientes fuertemente empujando, a punto de perforar su piel, dejando marcas amoratadas por los lugares estratégicos que cubriría después su ropa.
De espaldas, clavando las uñas en el cubrecama, le impedía ver el rostro de quien lo empotraba con violencia, pero conocía al dueño de los jadeos que le desgarraban la garganta, tan crudo, tan doloroso, tan lleno de amor.
Giró sobre su espalda, sentía su cuerpo hirviendo y su respiración agitada, retorciéndose involuntariamente en una mezcla de dolor y de placer al volver a sentirse invadido, enredaba sus dedos en el cabello rubio de la persona cuyo cuerpo se cernía encima, presionándolo con dominación; quien lo estaba reclamando como su propiedad de la única manera que conocía, haciéndolo sufrir de su forma favorita.

Los rastros morados en su piel pálida no tardaban en aparecer y Yoongi trataba de morderse los labios para no quejarse, había aprendido a amar esa sensación de dolor, le recordaba que no estaba solo.
Estaba consciente de sí mismo presionando las sábanas bajo sus manos hechas puños mientras cerraba los ojos con fuerza y sus caderas eran atacadas en un vaivén devastadoramente preciso, tan despiadado que casi podía sentir como su cuerpo se quebraba en dos ante el mar de sensaciones.

Le quería, le quería tanto que dolía saber que ese momento solo estaba pasando en su imaginación.

Yoongi sabía que era un sueño y no quería que terminara.