Capítulos 02

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Luego de tantas charlas entre amigas, me despedí de ellas. Con ellas me divierto mucho,
salgo a caminar, a veces nos vamos de fiesta es algo que se encarga Sofía y así vamos,
disfrutando la juventud, aunque le seré sincera, mi personalidad no es andar en calle a calle, estar a media noche en una fiesta y tomando. No. Esa no soy yo. ¿Las acompaño? Si, para pasar un rato con ellas y no ser el centro de la aburrición, normalmente cuando no salgo me encierro en mi habitación de mi departamento, a leer los libros de mis autores favorito o si no, salgo a caminar al parque. Técnicamente paso mi vida en un círculo no social con nadie, conozco a muchas personas pero con ningunas comparto, soy las que puede estar recordando un ayer, y viendo sus errores que llegaron a cometer para no volverlo hacer.

Así como recuerdo un pasado, un pasado que quisiera borrar de mis pensamientos, pero
es algo que no he podido hacer. Dicen que aquellas personas que lloran todas las noches, pero al despertar una mañana finge una sonrisa, son ellas las más fuertes,(técnicamente y a lo preciso esa soy YO), porque no comparten su dolor con nadie, prefiere cargar con su dolor a que alguien más lo sepa. Y ante el mundo es como que si no le pasara nada como que si su sonrisa fuera siempre esa, la de siempre. Pero en realidad es que nadie sabe qué ocurre detrás de esa sonrisa. Lo que le sucede lo más adentro y profundo de sus sentimientos, ni sabe ni conoce sus pensamientos, prefiere entonces sonreír antes mucho y disimular “Estar bien” cuando en realidad “Esta mal”. Triste realidad (Yo)
Mi mayor acompañante son mis lagrimas, son como mi mejores amigas, con ellas me
desahogo (casi siempre). Y es que en realidad los recuerdos no se pueden eliminarse igual que las palabras que alguna vez hirieron pero tú decides si seguir con el dolor del pasado estando en el presente y cambiar tu futuro en forma diferente. Y estoy decidida de olvidar un ayer, o simplemente no hacerlo y preocuparme en mi presente.
Me fui caminado a unos kilómetros más… de tanto caminar decidí tomar el autobús, ya
sentía mis pies agotados. Paso un autobús, no llegaba a mi destino, luego paso otro, tampoco.
Espere un rato mas, ya agotada de tanto observar una calle donde no veía ni un alma, decidí seguir caminando hasta que llegando a una esquina me tope con una persona, una persona por el cual creí que no volvería a ver.
Mi corazón se aceleraba, sentía que podía salirse cuando le plazca.
Así como cuando nos sentimos, viendo una película por primera vez, y no sabes de qué se trata, llegando una escena donde los personajes empiezan a pelear pero no sabes quién morirá.
Bueno algo así. Así es como me siento en este momento, no sabía que iba a ocurrir una vez que
él se volteara.

Lloro Todas Las Noches Y Sonrio Todo el Día ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora