Capítulo 03

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Y ahí estaba frente afrente con el chico que creí que nunca me lo volvería a encontrar
Roberto Loren (Un chico que desde joven nos conocimos pero el hizo parte de mi vida un
sufrimiento. Por el cual quedo marcado en mí, un dolor que se quedo en Florida junto con todos
mis sentimientos.) Roberto diecinueve años de edad, más alto que yo, piel morena, cabellos
negros y un corte bajo, ojo claros café… a él lo ame como nada en el mundo. Al cumplir quince
años de edad, al empezar experimentar el sentimiento y el amor de adolescente, conocí a
Roberto, un chico que pensé que sería el perfecto para mí.
Estaba asustada no sabría como el reaccionaria al verme aquí en los Andes. Me sentí un
poco nerviosa, él por parte sintió amor por mí, éramos una pareja perfecta de adolescente que
se amaban hasta que un día como cualquiera él decide irse, sin saber el porqué me encierro en
ese dolor, no se despidió de mi, ni siquiera supe el porqué se fue. Simplemente él se marcho.
Recuerdo que un día antes de su partida repentina solo me dijo: te amare por siempre…
(Sabiendo que solo era una niña, que en aquel entonces simplemente las promesas se cumplían),
pero mi pregunta es ¿Y él lo hizo?
Recuerdo esas palabras y me fue difícil olvidarla ya que él nunca regreso, lo espere por
muchos días aun teniendo la esperanza que podría volver… ni una carta, correo, llamada,
mensaje. NADA, simplemente se fue. Sin decirme nada.
De pronto escucho un –disculpa— era él, su voz había cambiado. Lo volteo a ver y le digo
con esperanza a que no me reconozca:
—No te preocupes estaba distraída. —en realidad no lo estaba
—Está bien, —se dirige a mí, haciendo gestos con sus manos—estoy esperando un bus,
pero llevo rato aun
Era el, aun no ha cambiado, bueno si, ya no era aquel niño, ahora era un adulto. ¿Cómo
fue que llego hasta aquí?
— ¡Hey!—se dirige nuevamente a mi— ¿Té conozco de alguna parte?
—Que, no, no creo… —ya era tiempo de seguir
—Me eres muy familiar, ¿sabes?— dijo desconsoladamente
Ahí fue donde al verlo frente de mi, sentí como mi corazón latía nuevamente, pero esta
vez pausado, me dio tanta alegría de volverlo a ver pero a la vez tanta euforia entro en mí. ¿Por
qué el no me aviso que se encontraba bien?, ¿Por qué no me escribió, me llamó?… Había muchas
tecnologías para poder comunicarnos ¿Por qué no utilizo ninguna? Tantas preguntas en mi
cabeza entraron inmediatamente al verlo tan bien, tan vestido, elegante, y lo mejor de todo tan
guapo, muy sorprendida, podía sentir como empezaba a babearme al frente de él, reaccione y lo
mire atenta.
—Bueno hasta pronto debo seguir—le dije queriendo aun que no me reconozca
—Espera ya va, ya se… oye porque no me di cuenta antes, esos ojos, esa mirada—
empecé a incomodarme, y el temor llego a mi— creo reconocerla, una mirada inigualable— dijo
poco a poco acercándose a mí.
— ¡SI!—Afirmo y prosiguió— ¿Gladys eres tú?, ¿oye que haces aquí?—aun no encontraba
las palabras, sentía que me había ahogado con un vaso de agua, no perdón con medio vaso de
agua.
—Amm si Hola… — es enserio es lo único que pude decir— Mmm estudio aquí fíjate,
mucho tiempo sin saber de ti ¿Cómo estás?—al fin logre decir
—Bien bien todo bien, oye me alegra verte de verdad. ¿Quieres—extendió sus manos
como para invitarme a alguna parte— no se tomar un café conmigo?
—Los siento mucho, pero debo seguir, voy muy retardada—dije intentándome de alejar
de él
—Pero ya va—me sostuvo—toma mi numero, esta ciudad es muy grande y temo no
volverte a ver.
Enserio temes no volverme a ver. Pensé. Si así fuera no te hubieses alejado de mí, así de
sencillo. A la final no sabía si ignorar el papel que me entregaba o tomarlo y tirarlo luego a
mitad del camino, pero luego pensé en tomarlo y llamarle.
Aún tenía su mano extendida hacia mí con el papelito, lo tome y le dije — ¡Lo pensaré!,
— en realidad, yo ya tenía todo pensado, muy bien pensado. Ya desde hace mucho tiempo mis
lágrimas no corrían por mis mejillas así no más, había una razón, y era él.
Él, la razón de mis lágrimas, la razón de no aferrarme a más nadie si no a él, el motivo
por el cual no me volví a enamorar, no volví a experimentar eso que se llamaba <<amor>> y que
por alguna extraña razón ignoraba....
Quizás, soy amada por muchos, o a lo mejor la chica que muchos quisieran tener como
novia, pero no puedo aferrarme a nadie, solo a él, es sólo Roberto. He querido olvidarlo e
incluso lo hice por un tiempo, lo saque de mi corazón, de mis sentimientos, “por solo pensar que
era un noviazgo de niñez y nada serio” pero siento que aún queda una chispa de amor por él.
Quizás ni ya sea lo mismo. (Lucho conmigo misma).
Quiero experimentar un nuevo amor, quiero sentirme amada nuevamente pero ya no por
parte de él.
Cansada y agotada me acuesto en mi cama, y pienso en Roberto, recordando un pasado,
reviviendo quizás un momento.
¿¡El número!? Reaccione empecé a buscarlo en mi bolso como loca, y lo halle. Observando
el numero, estaba en duda si llamarlo o no.

Tome el celular, marque su número y espere a que contestara… nada, agarraba el buzón,
de seguro debe de estar dormido o cansado.... No insistí con la llamada.

Lloro Todas Las Noches Y Sonrio Todo el Día ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora