Capitulo 3

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Pasamos el resto del día recorriendo la ciudad. Yo le contaba sobre mi pasión por la arquitectura y ella sobre sus gustos musicales, muy buenos, por cierto.

- ¿Estudiaste arquitectura también? Estoy en la presencia de un prodigio. - Reí y le conteste.

- En realidad la hice a la par que fotografía. Digamos que no era una carrera muy aprobada por mis papas, entonces les pedí hacer ambas a la par y estuvieron de acuerdo. Pagaron arquitectura con media beca que gane y me becaron totalmente en fotografía por mis participaciones en la secundaria. Solo podía hacer ambas en Nueva York y ellos me apoyaron. Al principio no estaban de acuerdo con que hiciera fotografía, pero con mis promedios logre hacer que entiendan que era lo que me gustaba, si bien me gustaba arquitectura no era lo que deseaba estudiar, pero me entusiasme y me las arregle para terminarla al día, ambas carreras. En el primer año de mi pasantía en Vogue hice la tesis de arquitectura y me recibí. Si bien no la ejerzo me gusta fotografiarla y de vez en cuando ayudo a un compañero mío con sus proyectos.

- Basta Lauren. - Contesta con una sonrisita.

- Perdón, estoy hablando mucho de mí misma. - Dije apenada.

- No, me encanta escucharte hablar de lo que te gusta. Se nota que estas orgullosas de tus logros, pero me siento totalmente avergonzada teniendo en cuenta tu trayectoria, más que nada, siendo tan joven.

- Encontrarse a Matty en Barcelona camino a una reunión me parece un logro bastante alto. - Contesto y ella empuja mi hombro riendo.

- Yo estudié lo que quise sin tener en contra a mis papas o algo parecido, no tuve que esforzarme tanto para lograrlo.

- A mí me parece que cada uno tiene sus obstáculos y no se pueden comparar. - Me encogí de hombros y seguí. - Yo decidí por mí misma y lo hice sabiendo las consecuencias.

- Podés parar de hablar ya, me es imposible creer que tengas 23.

- ¿Tanto drama vas a hacer por tener tres años menos?

- Tenes más madurez que muchas personas de mi edad y tus pensamientos son tan claros al igual que tus ideales. Y eso que solo te conozco hace cuanto, ¿Cuatro días?

- Causo impacto en la gente, lo sé.

- Jauregui, ese ego...

Se me adelanto caminando más rápido y la seguí hasta un banco en el centro del parque. Observe que miraba el camión de helados como una nena de 10 años que lo único que desea es esa crema acaramelada entre sus manos. Me dirigí hacia ahí y pedí dos conos, uno de chocolate y otro de vainilla.

Volví con los conos en mis manos y le entregué el de chocolate.

- ¿Como sabias que pediría chocolate?

- No te conozco mucho, pero aprendí un par de cosas.

- ¿Y por qué no te pediste uno igual? - Nos levantamos y ella tomo un camino que supongo será a su hotel.

- No me gusta tanto el chocolate, prefiero la vainilla. - Sus hermosos grandes ojos marrones se abrieron y me miraron como si fuese un alien.

- ¿Que? ¡Lauren! No puede ser posible. El chocolate es la cosa más dulce y rica del mundo, voy a hacer que te guste.

- Soy firme con mis ideales, creí que habías entendido eso. Pero me disculpo con el mundo por no amar el chocolate.

- Disculpas aceptadas.

- Gracias, no iba a poder vivir con eso. - Digo fingiendo pena y ella me empuja mi cono contra la nariz. - ¡Camila! La señorita Cabello me ensucio con helado, eso debe ser un reto.

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