» Prólogo

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Había sido Olly quien más insistió en viajar a Rusia y asistir al partido de Inglaterra contra Croacia, aludió que era la copa del mundo, que no podían perdérsela, mucho menos ahora que todos eran adultos y tenían el dinero para asistir a cualquier partido que quisieran. Pero se enfocó más en que tenían que reunirse porque no se habían visto en mucho tiempo. Fue insistente, muchísimo, tanto que lo logró. Y no es que Louis no haya querido ir, porque se trata de fútbol y él ama malditamente mucho el futbol. No solo porque es su trabajo y la profesión que escogió, sino porque así ha sido toda su vida, desde que era un niño, jugando en cada cancha que podían encontrar junto a Sean en Doncanster.

Pero Louis estaba extremadamente exhausto.

Había estado yendo y viniendo en poco tiempo, de un lugar a otro sin un adecuado descanso. Jugando partidos amistosos en diferentes ciudades y países, intentando clasificar para el campeonato y concentrándose en la nueva y maravillosa oferta que había sido plasmada en una reunión con su representante y su entrenador, hace unos cuantos días atrás.

Lo único de lo que tenía realmente ganas de hacer, era tomar una larga ducha caliente y meterse a su propia cama y dormir por los próximos dos días. Pero no fue así y desde california, tomó un vuelo directo hacia Rusia, donde llegó dos días antes de la final y donde se reunió con sus amigos y bebió hasta perder la consciencia. Antes de viajar, le indicó a Eleanor su publicista y buena amiga, que no era necesario que viajará ella también, a no ser que fuese su deseo. Su castaña amiga se río y le preguntó porque cambiaría la soleada ciudad de California por un frío país como Rusia. Ella odiaba el frío, así que solo besó su mejilla y le deseo suerte.

La razón por la que aceptó venir a este homófono y hermoso país, fueron sus amigos. Llevaba más de seis meses de no verlos, algunos más de un año. Desde que se había convertido en un jugador profesional, ha pasado bastante tiempo entrenando y viajando, jugando partidos y haciéndose un camino en el campo, logrando que su nombre sea escuchado, aprendido y apreciado.

Lo había logrado, Louis era uno de los mejores futbolistas del último tiempo, se había abierto paso a pasos agigantados y era realmente bueno en la cancha. Así que fue un poco más fácil que se ganase el respeto y el cariño de los fanáticos del deporte, además de que su apariencia física le ayudaba un poco más, sobre todo con las fanáticas mujeres.

No es que no apreciase la atención que adquiría, pero era un poco molesto tener que sacarse de encima el estigma que tenían los futbolistas de ser unos mujeriegos. Era cómico, ya que a Louis ni siquiera le gustaban las mujeres y lo había dejado claro desde el inicio de su carrera. Jamás se escondió, siempre mostró quien era y lo que había y quería. Así que no había una manera en la que él terminase acostándose con una persona del género femenino.

Louis se observó frente al espejo de su cuarto de hotel. Tenía puesto un par de vaqueros, una camiseta y un hoodie de colores, además de unas cómodas zapatillas. Estaba listo para irse, se aseguró de tener su cartera, su identificación, las pulseras y también su teléfono móvil, guardó la llave de su habitación en la parte delantera de sus vaqueros y salió de allí directamente hacia el elevador.

Shit, I'm Stupid » lsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora