Louis es invitado a ver el partido de Inglaterra vs Croacia, en la copa del mundo. Tiene un accidente en las escaleras y un lindo rizado es quien le ayuda en ese patético y vergonzoso momento.
Había algo en ese chico que le había dejado anonadado...
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Ellos intentan con todas sus fuerzas no saltar el uno sobre el otro en la parte trasera del Uber que está llevándolos hacia el hotel de Louis. Ambos están totalmente conscientes de la homofobia y el rechazo hacia la comunidad LGBTQ que caracteriza al país internacionalmente. También están consciente de que no todos los residentes y habitantes de Rusia son homofóbicos o intolerantes a las personas con diferencias sexuales, pero no quieren arriesgarse y definitivamente quieren ahorrarse el pasar un mal rato por un momento de debilidad.
Pero eso no les quita que las manos de cada uno hayan comenzado a tocar un poco, o mucho depende de cómo se vea.
Les toma un poco de tiempo en llegar al hotel y Louis lo siente como una verdadera eternidad. El saber que Harry está a su lado, totalmente dispuesto a pasar esta noche con él, a disfrutar del otro y a pasárselo bien, es exasperante. Louis realmente quiere tomar nuevamente los labios de Harry entre los suyos y devorarle la boca, pegar su cuerpo contra el suyo y sentirlo contra sí.
Cuando finamente están allí, cuando el auto se detiene y el conductor les habla con un acento marcado, Louis está listo para correr hacia el interior. Así que le paga la tarifa del viaje, bueno puede que le haya dado mucho más dinero del que correspondía, pero ya nada de eso importa. Le agradece por traerlos y se meten dentro del hotel con rapidez. Entran en el lobby y van directamente hacia los elevadores, presionando el número del piso en donde está la habitación de Louis.
Las puertas se han cerrado frente a ellos, dejándolos totalmente solos. El ambiente se carga de tensión y realmente no tardan mucho en arremeter el uno contra el otro, haciendo chocar sus labios, pegándose a una de las paredes del elevador sin dejar de besarse. Mientras las manos de Harry se posicionan en las caderas de Louis, presionándolo contra él, las manos de Louis se enredan en el largo cabello rizado de Harry, las suaves hebras se deslizan entre sus dedos y Louis no le limita ni por un segundo a tirar de ellas suavemente. Eso tiene un efecto inmediato, ya que Harry gime agudamente en sus labios y su cuerpo se vuelve dócil contra el suyo. Louis no tiene ni idea que tienen los elevadores que siempre hacen cualquier situación mucho más caliente de lo que es, pero ahora mismo, con Harry empujando su entrepierna contra la de él, con sus manos deslizándose hacia su culo y sus húmedos labios moviéndose en sincronía con los suyos, es demasiado para él.
Sinceramente, Louis espera no acabar en sus pantalones como un adolescente antes de poder hacer algo más que besarse y restregarse con Harry.
Se separan solo unos segundos antes de que el elevador se detenga y las puertas se abran. Cuando confirman que están en el piso correcto, Louis toma la mano de Harry, sacándolo de la gran caja de metal y llevándolo por el pasillo, recorriendo el corto tramo desde el elevador hacia la puerta de su habitación. El 1028 resalta en la parte superior de la madera, pero ninguno le toma mucha atención, ya que Louis está lo suficientemente concentrado en intentar deslizar la tarjeta electrónica por la ranura con sus manos temblorosas. Le toma unos segundos lograr estabilizarse y abrir la puerta correctamente, no solo debido al temblor de sus extremidades, si no a la constante distracción de Harry besando su cuello con besos húmedos, los cuales le dejan distraído y caliente como el infierno.
