Louis es invitado a ver el partido de Inglaterra vs Croacia, en la copa del mundo. Tiene un accidente en las escaleras y un lindo rizado es quien le ayuda en ese patético y vergonzoso momento.
Había algo en ese chico que le había dejado anonadado...
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Es veintidós de diciembre, hace un poco de frío para ser Los Ángeles y eso es bastante bueno para Louis, quien debe admitir, extraña el frío de Londres. Los chicos del club han decidido hacerle una pequeña celebración pre cumpleaños a Louis. No le han dejado decir que no, ni siquiera se lo han preguntado, si no que se lo han informado. Así que en cuanto terminan su entrenamiento, van hacia las duchas y se arreglan para ir a un club y poder pasarlo bien.
Mientras van en el auto, Louis le envía un mensaje a Harry. Se vieron por última vez hace más de un mes, después de la cena con los chicos, su chico volvió a la gira y tras unos cuantos meses volvió a casa y tuvieron unos buenos días juntos. Lo extraña muchísimo, sobre todo, porque no tienen una fecha exacta para volver a verse. Cumplieron dos años juntos hace cinco meses y no han podido celebrar como se merecen, Louis ni siquiera ha podido entregarle su regalo.
"Los chicos del equipo están llevándome a un club para celebrar mi cumpleaños de manera adelantada. Tengo sueño y te extraño, me gustaría que estuvieses aquí. Te amo" —Louis
—¡Ya deja ese teléfono hombre! —Le chilla Christian, riendo desde el asiento delantero.
—¡Le está escribiendo a su novio! —Responde Tristan—¡Tiene que marcar tarjeta o le pegan!
Todo el mundo se está riendo, Louis se siente enrojecer, pero niega de todas maneras, divertido y avergonzado. Todo al mismo tiempo. Su teléfono vibra unos momentos después, la pantalla revelando un nuevo mensaje de Harry.
"¡Pásatelo excelente bebé! Te mereces un descanso. También te extraño amor, quisiera poder estar ahí y besarte completo. Te llamaré mañana, para desearte feliz cumpleaños y decirte lo mucho que te amo. Ah, tu regalo debería llegar mañana por la mañana, espero que te guste. Te amo precioso" —Harry.
Decide enviarle un par de corazones en respuesta y luego vuelve a meter su móvil dentro del bolsillo de sus pantalones. Los chicos han encendido la radio y están cantando a todo pulmón (y muy mal) unas canciones de rap que trasmite la emisora. Louis ríe, pero agradece en silencio por estar haciendo lo que ama y tener tan buenos compañeros para compartirlo.
Antes de ir al bar, deciden que será mejor comer algo para no beber con el estómago vacío. Como tienen unas minis vacaciones de dos semanas, hasta después del nuevo año, pueden comer y beber tanto como quieran. El entrenamiento del siguiente juego será más extenuante que este, así que tienen que aprovechar. Se pasan por un pequeño lugar de hamburguesas y piden unas grandes y grasosas para llevar, junto con unas porciones exuberantes de papas fritas rizadas. Louis casi gime al sentir el sabor de la carne y del queso fundiéndose en su lengua, ha pasado tanto tiempo desde que comió algo tan deliciosamente dañino.
Finalmente, al acabar de comer, están lo suficientemente satisfechos para ponerse en marcha. Deciden ir a unos de los mejores clubes de la ciudad, como son conocidos, no hacen la fila y saludan al guardia de la entrada con entusiasmo. El lugar está repleto de gente, las luces están centellando sobre ellos y la música resuena en cada rincón. Louis siente su cuerpo vibrar. Hace mucho que no sale de fiesta. Los chicos van hacia la barra y le compran su primera bebida. Beben chupitos de vodka y ron con coca cola, también cervezas y parece que tequila también se deslizó por su garganta en algún punto de la noche.
