Herz

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Corazón

Italia despertó agitado, con el cuerpo estremecido por el constante terror y confusión, en el que llevaba viviendo desde ese día al menos.

Se levantó con el cuerpo helado, y comenzó a vestirse sin poner atención; no es que importara, sus ropas eran un uniforme militar.

Observó el reloj, y pensó si su hermano estaría despierto, Romano tampoco estaba llevando muy bien las consecuencias de ese día.

Alemania.

Ninguno quiso hacer eso, aun si su hermano lo detestaba, nunca podrían haber pensado en eso; sin embargo las cosas pasaron, y no pudieron evitarlo.

Con su jefe en manos de los aliados, tuvieron que dar la espalda a sus compañeros del eje en cierta forma.

Alemania.

Se arrepentia terriblemente, y veían azorados las consecuencias de esos tratos.

La vertiginosa y visceral naturaleza de la guerra aumento, no hizo sino mostrarse clara, ominosa en el pasar de los días.

Su gente, y sus fuerzas estaban tan turbados como ellos; el caos se asentó en el transcurso de las batallas; su ejército estaba dividido, ahora unos hacían contraparte luchando con los aliados, otros se aferraban en mantener sus acciones apoyando al eje.

Ninguno tenía certeza de lo que pasaba; ya no tenían realmente un camino que seguir.

"Alemania, te extraño mucho."

No tendrían un lugar al que dirigirse, pero tenían a su gente.

E Italia sabía a donde estaba su corazón.

No podría ver a Alemania hasta el final de la guerra, al menos no se atrevería hasta ese entonces; le pediría disculpas, y le explicaría porque pasó todo aquello; diría que las le fue insoportable dejarle sólo.

Y también le contaría, que sus noches eran insomnes, con los momentos donde alcanzaba la inconsciencia llenos de pesadillas.

La guerra se acercaba a su fin, y no uno beneficioso para ellos, mucho menos para Alemania.

Aún si ansiaron el final de ese eterno período, Italia estaba aterrado por el destino; le angustiaba que muchas de las consecuencias y castigos caerían sobre Alemania.

Claro que ellos desconocían el estado mental y físico de Alemania, como su inconsciente resignación a lo que sabía que pasaría.

La guerra no era algo que se ganaba, o perdía; simplemente, las consecuencias eran distintas para los involucrados.

Lo supo cuando su hermano bajó la cabeza furioso, al darse cuenta de que estaban atados a la firma de un papel, y la voluntad de quienes estaban alimentando el monstruo de la guerra.

Sabía que probablemente la desesperación, y la soledad no serían extraños para Alemania, quien parecía enfrentarse sólo al final de la guerra, y a la culpa de los actos de los humanos que dictaban el destino de su nación.

Tal vez no podría verlo, y su hermano lo alejaría de Alemania después de la guerra, buscando que los aliados dejaran en paz a su gente.

Y porque culpaban a Alemania de esos actos monstruosos, que comenzaban a salir a la luz

Si bien estarían separados, esperaría el día en que pudieran estar juntos sin guerra, sin odio, o sin miedo.

Pero sobre todo, le demostraría que siempre pensó en él, que lo amaba, y que nadie tenía la culpa de la guerra, más que unos cuantos; entonces le recordaría que su corazón estaba con él.

Donde estuviera Alemania, estaría el hogar de su amor.

Donde estuviera él, estaría su corazón.

Pietà, amore mio [GerIta] [Hetalia]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora