1. Vida igual, Mirada desigual

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Fecha: 28 de Agosto de 2086
localización: Algún lugar de España

Un joven de dieciséis años se encontraba en su cuarto absorto a todo su exterior, teniendo un mundo tan pequeño y tranquilo que pasaba horas sin abandonar ese lugar. A simple vista, parece normal. Edificios, puestos ambulantes, vehículo, tiendas. Todo parecía normal, si no fuese por que aquel lugar estaba vacío. No se escuchaba el motor de los automóviles, el piar de las aves, el murmullo de las personas al hablar todo eso fue remplazado por silencio y soledad.

Únicamente estaba él, un joven con cabello largo recogido simulando una cola de caballo de color negro azabache el cual su textura era quebradiza. Ojos profundos de color café oscuros, los cuales parecían casi negros por la noche teniendo una altura de metro sesenta y cinco.

Caminaba por aquella solitaria y silenciosa ciudad notando como sus pensamientos resonaban en toda la ciudad, en casa rincón de ese lugar oía su propia voz. Cada pensamiento, cada idea o cada frase que no diría como si nada se escuchan por todos lados. En cuanto escuchó eso, sintió como si algo lo zarandea se con fuerza en el mundo real

-¡Ah! ¡¿Dios pero cojones a pasado?!... Oh, eres tu mamá. ¿Ya está lista la cena?- la madre, estaba ya medio acostumbrada a estos momentos en que su hijo se metía en su "Mundo de Yupi"

-Si, ya está lista. Tenemos para cenar un puré de patatas con. . .bueno, ya sabes lo que solemos cenar con el dinero que tenemos- suspiró pesadamente hasta que su hijo dijo -Si, lo entiendo. Mamá, aún me me explicaste. . . por que papá no está con nosotros, por que no se preocupa por nosotros. Para lo único que viene es para tener follones con la familia y...Marta...Marta no mere. . .-

En eso, su madre cortó la frase diciendo bastante triste aunque ocultándolo en una sonrisa muy suave -No le des más vueltas anda, avisa a tu hermana. No quiero que comáis frío otra vez hmhmh-

El joven suspiró pesadamente mientras se sentaba en la cama que antes usó para irse a ese páramo solitario donde todo le perseguía por mucho que intentase evadirlo. Se levantó teniendo que apoyarse en la cabecera de la cama, para dirigirse hacía la puerta de su cuarto. Era una habitación sin color, no era blanca totalmente ni tampoco negra, era un gris muy apagado. Tenía una cama para una persona, un armario en el cual solo había ropa del mismo tipo: Negra, gris y una única prenda púrpura siendo una camisa que le regaló su hermana Marta además de unas Goggles de color azul muy suave en el cristal y recubrimiento de goma grisácea

-(Este mundo tiene muchas preguntas, pero pocas soluciones. Siendo la mayoría mentira, otra parte es una mentira con una verdad tan pequeña que ni algunos se la creen y una ínfima parte es una verdad completa. ¿Es triste que piense así con dieciséis años? ¿Acaso alguien hará algo para cambiarlo al fin y al cabo, yo no puedo hacer nada para cambiarlo...no puedo hacer nada para solucionarlo)- Se decía a si mismo como si hubiera alguien más en su cuarto, culpándose se ello como si el fuese el causante de todo.

Caminó hacia la puerta de su hermana, donde encontraría a Marta pensativa con las manos en la cabeza y una respiración leve. Se encontraba leyendo una de sus novelas ligeras. Marta era una muchacha de dieciocho años casi diecinueve, cabello largo y levemente rizado aunque modesto de color castaño claro, ojos verde esmeraldas con rostro suave y dulce con unas leves pecas el cual portaba una sonrisa imborrable en un cuerpo esbelto de metro sesenta y nueve de altura

Todo en ella era precioso, todo hasta cierto día. Tras un accidente en carretera hace ya unos dos años, Marta acabó en silla de ruedas debido a que un conductor la arrolló dejándola en esa situación, y aunque todos estuvieron preocupados por ella, solo se preocupó de que ellos no estuvieran tan conmocionados.

-Marta, vamos a cenar. ¿Quieres que te suba la comida o te apetece comer con nosotros?- Preguntó levemente animado a su hermana, con ella era más amable y cálido que con cualquier otra persona. En eso, su hermana volvió al mundo real dejando de leer esa novela con un nerviosismo notorio en su voz -¡Quiero comer con ustedes!- tapó la novela de un movimiento, se fue con su hermano en la silla de ruedas hacia las escaleras y empezó a bajar por ellas su hermano primero con la silla de ruedas y luego ella

Cuando bajó Marta, su hermano ya le estaba esperando abajo con la silla lista para llevarla a la cocina. Su madre al ver a Marta en la cocina y a su hermano con una sonrisa afable que fue borrada al ver a su madre, la mujer suspiró animada y coló los platos en la mesa y se dispusieron a cenar.

La madre de los menores se llamaba Laura. Su cabello era castaño pálido y largo aunque con leve tono oscuro a medida que se acercaba a las puntas, ojos verde pino en un rostro afable y levemente marcado por la edad en el cual la tranquilidad era casi siempre presente. Medía metro sesenta, siendo ella de los únicos tres residentes de aquel hogar la más baja.

En ese momento, todo era tranquilo. Ni una conversación, ni un comentario. Como si fuesen completos desconocidos, la cena transcurrió con simples sonidos o suspiros leves hasta que Marta preguntó -Oye hermano, estuve pesando la otra noche sobre...un tema que quizás te agrade - el joven, se sorprendió levemente y con un suspiró suave pero con una inesperada sonrisa preguntó -Oh, ¿Enserio? Hmhmh, bien entonces di lo. Seguro a mamá la gustaría saber -

Por primera vez ambas mujeres se quedaron sorprendidas al escuchar al joven. Este miró a su hermana con un semblante serio aunque directo diciendo con un tono de voz simple mientras se levantaba de la mesa metiendo sus manos en los bolsillos de sus pantalones

- Venga mujer, que no tenemos todo el día, ¿Qué es ese tema que me agrade? Sera jodido de que cumpla su cometido hmhm -

Marta y Laura, se quedaron impresionadas por el muchacho. Aquella pose, aquel tono, y aquella mirada le hizo estremecer a marta en su silla de ruedas. Se espabiló un poco, y animada, dijo con una sonrisa en su rostro

-Estoy planteando hacer un "Skech" para mi propia novela ligera. El titulo es 'Crazy Paradox Knight', y quería que. . .¡Tu participases como el compañero de Paradox, 'Bizarre Handsome' un hombre consumido por él mismo el cual conlleva una lucha interna para que su propio mal no lo someta a su voluntad- Comentaba marta muy animada, aunque ahora se paró un momento para tomar aire.

Cuando fue a continuar hablando, su hermano dio un golpe en la mesa estando callado. Miró a su hermana y de forma no enfadada pero ruda o similar y dijo -Obviamente quiero aparecer en ella, sera un "Bombazo" en el mundo de las novelas ligeras. Se venderán como pan recién sacado del horno en pleno invierno -

Marta al oírlo no sabia que responder, no sabia ni tan siquiera que su hermano querría aparecer siendo ese personaje por lo que muy feliz dijo -¡Genial, podre empezar sin preocuparme de que me falte la inspiración! ¡Muchas gracias hermanos, eres el mejor!-

Entonces, el joven simple suspiró algo cansando tanto por el tema de los estudios, el deporte y esas cosas. Obviamente no quería preocupar a nadie de su familia, por lo que, sus mangas largas negras o de rayas siempre escondían su dolor. Un dolor que solo el sentía, y nadie más que él entendía. Eso que al joven daña, que le hace llevar ropa para tapar aquello de lo que más tristeza le transmite es un propio pensamiento

-(Me quedare solo, es muy obvio. No quedara nadie. Amigos, familia, pareja, mascotas… todas se marchan sin avisar y de una forma tan dolorosa que prefieres morir en el momento en que la ves marcharse que en despertar y no verlas más. La soledad. Ella es la razón de mi pensamiento, es la razón de mi forma de ser, y es la razón de todo lo que conozco como "Mundo")-

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⏰ Última actualización: Jul 21, 2018 ⏰

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El Valor de la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora