Fuego, humo y cenizas

¿Helado? Por supuesto

Bueeenas!!!😍😍

Espero que os guste el comienzo de esta historia y si es así por favorcito ayudarme compartiendola con vuestros amig@s.

Sigo esperando vuestros opiniones en los comentarios y algunas ideas sobre los personajes que pueda poner.

Muchas graciaaaas❤

Ana se fue, se mudó a Alemania hace dos días y yo... Mi alma gemela me acaba de dejar y es que a pesar de tener muchas amigas nadie nunca la va a igualar, porque ella es la persona que mejor me entiende y me comprende, y ahora me ha dejado aquí sola... y sin internet y sin forma de encontrar a Daniel.

No es que tenga el coraje de escribirle o algo, por no hablar se sugerirle quedar.

Sigo preguntándome como puede ser tan guapo.

Y sigo sin obtener respuesta.

Desde el primer segundo me puso nerviosa, y mi mente se tomó unas vacaciones para no tener que soportar a mis hormonas.

–¡Tierra llamando a Gabriela! - grita mi amiga Maria para atraer mi atención de nuevo - Deja de pensar en ese chico si no fuiste capaz de pedirle el número.

–Sabes que yo no soy así...

–¿Así cómo?

–Así de valiente y atrevida - respondo resignada.

Ella me mira desaprobando con la cabeza.

–Lo tuyo no tiene remedio... Si seguro que le has encantado.

–Ya claro... Por eso... - y entonces se me ocurre - Dejame tu móvil para entrar a mi Facebook.

–¿Crees que le encontrarás? - pregunta sospechosa.

–No tengo nada que perder - y ambas nos echamos a reír mientras saca su móvil y me lo da.

Correo, listo.

Contraseña, lista.

Y espero.. Boom, conectada.

Las notificaciones entran, todo tipo de cosas sin importancia hasta que...

–¡Una petición de amistad! - grito entusiasmada.

–¿Es suya? - pregunta Maria tan ansiosa como yo.

–Espera que ahora miro.

Nombre: Daniel Martínez.

Abro los ojos por la sorpresa sin creerme que el me buscó. Empiezo a sacar pequeños sonidos de felicidad que provocan la risa de María.

Sin dudarlo ni un segundo pulso acepto y miro su perfil en Facebook. 

Claramente las fotos no le hacen justicia ni mucho menos. También me doy cuenta que es la clase de chico que vive su vida, fiestas, diversión, alcohol, algún que otro cigarro y chicas. Bueno en realidad no tiene ninguna foto con alguna en especial pero en todas parece que las chicas estén siguiéndole.

Nos es que me extrañe eso.

-¿Con que alguien está feliz? - comenta María riéndose

-¿Como no voy a estarlo? -pregunto suspirando.

-Ahora te toca escribirle.

-¿¿¿Que???- protesto -Ni de coña, no soy capaz.

-Si que puedes, y de debes hacerlo. -dice quitándome el móvil de la manos. -Pero yo me tengo que ir así que te las tendrás que apañar monada.

-Si es que me dejas así sin nada, perdida en una terrible decisión- digo riéndome y abrazandola.

- La decisión, esta tomada, solo te hace falta el coraje.

Si, pero la cuestión es que yo no soy conocida por mi coraje.

☆♡☆♡☆♡☆♡☆♡

Unas horas más tarde

Llevo como una hora intentando hacer mi internet funcionar y otra reuniendo el coraje para escribirle.
Miro su foto de perfil y cada segundo me parece más guapo, simplemente perfecto.

Allí es cuando noto que esta conectado ahora mismo. Muerdo mi labio pensando en si es lo mejor o no escribirle.

En un arrebato de coraje tomó la decisión.

Yo:¡Hola!😊
Daniel: ¡Hey! Que tal?
Yo: Pues bien, en casa. ¿Y tú?
Daniel: Yo acabo de salir del gimnasio😉
Daniel: Una pena lo del helado
Yo: ¿Que helado?
Daniel: El que no pudimos tomarnos al final esa tarde.
Yo: Pues si la verdad...
Daniel: ¿Que me dices de uno esta tarde, en una media hora?

Suelto el móvil en la cama y pego un grito silencioso en mi habitación.

Yo: Me encantaría
Daniel: ¿Nos vemos en frente de la iglesia, en la parada de tranvía a las 5:30?
Yo: Me parece bien.
Daniel: Bueno te dejo, voy a ducharme que estoy más pegajoso que un helado.

Les mando un mensaje a María y Laura para contarles la noticia y empiezo a rebuscar en el armario por ropa.

¿Que debería ponerme?
Algo mono pero que no sea tan arreglado.

Al final tras probarme más de diez conjuntos en diez minutos, opto  por una falda ancha con flores a medio muslo y por una camisa vaquera sin mangas, en los pies las zapatillas  blancas.

Laura me mandó un mensaje diciendo que me bajé con ella y su novio a fumar antes de irme, ya que me acercarían ellos aunque incluso andando me da tiempo a llegar.

Salgo del portal y la veo apoyada en el coche de su novio sonriendo.

Laura es todo lo que yo no soy.

Es preciosa, con un largo pelo rubio de envidiar, unos ojos marrones grandes y un cuerpo de envidia.

Me pasa el mechero y me enciendo el cigarro intentando calmar mis nervios.

-¡Dios! ¡Deja de estar tan nerviosa que me lo contagias hasta a mi!

-Me es imposible, incluso más que el hecho de que tengo el estómago que parece un nido de tiburones hambriento. -suspiro dándole otra calada al cigarro.

-¿Sabes que los tiburones...? -pero no la dejo terminar.

-¡Siiii! He entendido tu idea.- y cuando miro la hora me doy cuenta de que ya son y media. -¡Por Dios! Llego tarde

-Deja que espere unos cinco minutos -interviene Raúl- No se va a morir por cinco minutos.

-El no, pero ella sí como no lo vea pronto -dice riendo Laura.

Doy una última calada al cigarro y lo aplasto bajo mis pies.

Entro en el coche e intentó secar mis manos del vestido.
Damos la vuelta a la esquina y ya estoy mirando para ver si está allí.

Efectivamente.

Solo le veo de espaldas pero es que incluso así luce de ensueño.

Me bajo del coche saludando e yendo lo más rápido posible para que no tengan tiempo de dejarme en ridículo.

Observo el semáforo en rojo, y mi paciencia es llevada al límite.

Aunque también me da tiempo a analizar como va vestido.
Otra vez esta con camiseta negra y vaqueros.

Taaaaan guapo.

Suspiro y noto que el semáforo se ha puesto verde.

Cruzo la calle rogando a los dioses que no me tropiece con mis propios pies hasta al menos llegar delante suya.
Aunque pensandolome mejor, quizá esa tampoco es una buena idea.

Justo cuando llego al otro lado se da la vuelta mirándome.

Empieza a sonreír y yo me pierdo un poquito más.

-¡Hola!- sip, estoy en muchos problemas.