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Sherlock puso su mano sobre la espalda de Molly, llevándola por el pasillo hacia la salida del hospital. Jim caminaba detrás de ellos, su mano metida en su abrigo y sosteniendo su arma. Molly no se permitió pensar en el gesto de Sherlock, sino que se dejó consolar por su mano. No importaba cuán asustada se sintiera, ella estaba con Sherlock, y él no la decepcionaría.

Molly estaba temblando levemente. Sherlock dio un paso más cerca de ella y le susurró al oído. "Eres feroz, recuerda"

El recordatorio no hizo nada para calmar sus nervios, pero ella asintió de todos modos.

Jim los condujo al estacionamiento y al asiento trasero del sedán que los esperaba. Molly se encontró aplastada entre Sherlock y Jim, por lo que se inclinó hacia el detective, ignorando a el hombre del otro lado. Sherlock, que estaba mirando por la ventana, no le pidió que se alejara de él, dándose cuenta de que Molly, el ser más sentimental que él conocía necesitaba consuelo. Presionó su rodilla contra la de ella, haciéndole saber que él estaba allí. Esperaba que fuera un gesto tranquilizador. Nunca antes había tenido que tranquilizar físicamente a alguien.

Condujeron en silencio durante media hora antes de llegar a su destino. Jim abrió su puerta, era más que probable que su conductor abriera la de Sherlock. Sherlock se dio vuelta para ayudar a Molly a salir del auto, girando justo a tiempo para ver a Jim agarrar a Molly por la cintura y sacarla por el lado opuesto.

El criminal enloquecido sostuvo a Molly contra su pecho, el cañón de la pistola contra su sien.

"Moriarty, me prometiste que no le pasaría nada malo a ella ni a Henry", gritó, deseando tener la compañía de haber traído el arma de John con él esta vez. Cuando salieron de casa de Molly la dejo allí, irían a visitar a John en el hospital, y ese no parecía el lugar para estar armado. "Sueltala"

"No" contestó Jim. "No lo creo"

Sherlock hizo un movimiento hacia ellos, pero Moriarty amartilló el arma, deteniéndolo en seco.

Molly no dejaba de llorar, no en los brazos de un hombre loco. Miró fijamente a Sherlock, y aunque él no la estaba mirando, su presencia era un consuelo, ya que le recordaba a Henry. Le había dicho a Henry que era un chico valiente, así que ahora se imaginaba a su hijo diciéndole cosas similares. Sé valiente Mumma. No cauces problemas a Mumma. Ven a casa en una sola pieza.

Sherlock echó un vistazo alrededor, observando todo sobre el garaje de estacionamiento indescriptible en el que estaban parados. Tenía que haber algo, cualquier cosa, que pudiera usar para salvar a Molly. Algo para llamar la atención de Jim, distraerlo. Algo de lo que Sherlock podría improvisar un arma. Algo que podría usarse para sacar a Molly de sus brazos y así poder caminar por allí y golpear al criminal, poniendo en práctica su amplia práctica de boxeo.

No había nada. Moriarty parecía tranquilo y sereno también, así que incluso el más mínimo movimiento de él resultaría en una bala en la cabeza de Molly, y no había forma de que lo permitiera. No a su Molly.

Molly estaba diciendo algo. Sherlock la miró, confundido. Estaba en su propio mundo tratando de encontrar la respuesta que no se dio cuenta de lo que estaba sucediendo justo en frente de él. Molly había dicho algo que obviamente había enfurecido a Jim. Ella había sido arrojada al suelo y Moriarty presionaba su estomago. Molly gritó de nuevo.

"Sherlock, detrás de ti"

Y fue entonces cuando el mundo se volvió negro.

Lo primero que notó cuando se despertó fue que sentía que su brazo estaba ardiendo. Miró hacia el brazo en cuestión para ver un zapato presionado contra su brazo.

Burning Hearts (SHERLOLLY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora