Phoebe, una chica cualquiera amante de las leyendas sobrenaturales, se ve envuelta en una espiral de sucesos extraños que cada vez le arrastran más a la perdición.
Esa noche, en la que su vida da un giro de 180 grados, nuestra protagonista descubre...
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El gran barullo provocado por toda la clase está consiguiendo ponerme nerviosa. No sé de qué va el gran asunto, y tampoco es que tenga muchas ganas de averiguarlo.
—Tenemos que contárselo a la policía —escucho a muchos gritar.
Sea lo que sea que pasara anoche a algunos les ha dejado bastante marcados. Me siento en mi lugar y presto más atención a lo que dicen.
—¿Y que les decimos? —pregunta nervioso Hoseok.
—La verdad —contesta otro chico del que desconozco el nombre.
De nuevo vuelven a discutir unos con otros creando un gran alboroto. Observo como por la puerta entra Yoongi y se sienta en su pupitre, a mi lado, y como siempre, se concentra en observar el paisaje más allá de la ventana.
Dejo de mirarle y vuelvo a poner todos mis sentidos en la conversación del resto de la clase.
—¡Es lo más lógico! —grita Kim—. Hay un asesino suelto por el bosque y por su culpa un compañero nuestro ha muerto —dice bajando la voz para que no se escuchara en el pasillo.
Abro los ojos como platos y antes de que pueda decir algo, Hoseok vuelve a hablar.
—Esas heridas no fueron provocadas por una persona —informa—. Las rajas en su estómago parecían hechas por unas garras y el corte de sus brazos no era limpio, lo que quiere decir que no fue un cuchillo, tampoco un sierra, nada de eso —añade.
Todo el salón se sume en un profundo silencio.
—¿Qué pasa? —pregunta—. Me gustan las series policiacas. Algo se aprende —asegura.
—Si no fue una persona, ¿qué fue? —pregunta Hyesun.
—Ni idea. Pero no creo que sea seguro volver a ese bosque —asegura Kim.
—Pues yo quiero saber que fue eso de lo que habláis —digo entrando en la conversación.
Todas las miradas están ahora puestas en mí, incluída la de Yoongi.
—Ya sabemos que eres muy aventurera Phoebe, pero esto supera tus expectativas —dice Jungkook.
—¿Te acuerdas la de veces que te he dicho que algo es peligroso y aun así te ha dado igual? —pregunta Kim mirándome seriamente—. Pues nada de eso se compara con la magnitud de este peligro —afirma.
Toda la clase queda sumida en un profundo silencio, todos me miran, y, por primera vez, no me siento cohibida.
—Voy a ir —aseguro firmemente—. Esta noche —añado.
Antes de que nadie pueda contestar el profesor Lee entra por la puerta mandando a todos a sus respectivos lugares.
—Siento el retraso, pero nos acaba de llegar una mala noticia y hemos tenido que hacer un par de llamadas —informa dirigiéndose a la pizarra mientras empieza a explicar la lección de hoy.
—No vas a ir —susurra Yoongi.
—Oh sí. Sí que iré —aseguro.
—Es peligroso —afirma seguro.
—Lo mismo dijiste ayer —reprocho.
—Y mira lo que ha pasado.
Le miro fijamente y un escalofrío me recorre la columna vertebral al conectar mi mirada con la suya. Dejo de mirarle y vuelvo a escribir cosas ilegibles en la última hoja de mi cuaderno.
—Iré —vuelvo a asegurar—. A partir de medianoche, cuando ya no estés en tu casa —le informo entre susurros.
Noto como su mándibula se tensa y como aprieta sus puños sobre el pupitre hasta el punto en que sus nudillos se tornan blancos.
El timbre suena y toda la clase empieza a recoger sus libros. Me levanto de la silla antes de que se me acerque nadie y con la penetrante mirada de Yoongi clavada en lo más profundo de mi ser, salgo de clase y me dirijo al cuarto de baño. Lavo mi cara y miro mi reflejo en el espejo. Cojo un trozo de papel y seco las pequeñas gotas de agua restantes en mi rostro.
—No vayas —ordena una voz a mis espaldas.
—Otro igual. Voy a ir, y ni tú ni Yoongi vais a decirme lo contrario —advierto saliendo del baño y dejando a Jungkook con la palabra en la boca.
Camino por los vacíos pasillos del instituto, mi mente divaga por todo tipo de pensamientos. Pero todos me conducen a un mismo tema, Yoongi y bosque.
¿Qué tiene Yoongi con ese bosque?
¿Qué demonios ocurre en ese bosque?
Sigo caminando hasta que oigo el portazo de una puerta a mis espaldas. Me giro y observo a Yoongi caminar a paso acelerado en la dirección contraria a la que yo caminaba. Los notables músculos de su espalda se ven tensos a través de su playera blanca.
¿Por qué tan tenso Min Yoongi?
Camino en su dirección y grito su nombre repetidas veces sin obtener respuestas de su parte.
—Es de mala educación ignorar a las personas Min Yoongi —informo agarrando su brazo.
—¡Suéltame ostia! —grita deshaciéndose de mi agarre y haciendo que todo mi cuerpo tiemble.
Observo con los ojos abiertos como platos como se va alejando de mí y como sale por la puerta del instituto sin importarle siquiera que las cámaras lo graben.
Escucho como el timbre vuelve a sonar indicando el inicio del recreo. Me dirijo a la cafetería y cuando entro soy la primera en llegar. Me siento en la mesa de siempre y espero a que los demás lleguen.
—Hey, ¿qué hay? —pregunta Hoseok sentándose a mi lado.
Le sonrío en respuesta y le arrebato su zumo de manzana para después bebérmelo.
—Eso era mío —se queja haciendo un puchero.
—Tú mismo lo has dicho, era —digo remarcando la última palabra.
—Y, ¿qué tal con tu nuevo novio? —pregunta Kim mirándome fijamente.
—No es mi novio —aseguro.
—Pero aun así ya sabes que quien te hablo —se burla.
Ruedo los ojos y observo como los demás van llegando uno por uno y entablan una animada conversación a la que no presto atención alguna. Ahora mismo solo soy capaz de pansar en lo ocurrido hace unos minutos con Yoongi.
¿Por qué me habrá gritado así?
—Entonces Phoebe, ¿vas a ir esta noche al bosque? —pregunta Jungkook intentando esconder su obvia preocupación.
—Pues, me lo he pensado mejor y va a ser que no —aseguro.
—Gracias —grita Kim elevando las manos al techo.
Los chicos vuelven a darme consejos y advertencias de por qué no puedo entrar al bosque y entonces mi mente vuelve a divagar en pensamientos relacionados únicamente con Yoongi.
