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—¡Jungkookie! —Taehyung se abalanzó sobre su amigo tras abrir la puerta.

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del menor, que no perdió tiempo en rodearlo y acomodar su mentón por sobre uno de sus hombros. Sin embargo, la misma se esfumó tan pronto como pudo divisar a Seokjin, de pie en la entrada del balcón.

El de ojos grisáceos lo miró un breve instante, y bastó para que Jungkook se molestara.

—Me da tanto gusto verte —sonrió el rubito todavía abrazándole.

—A mí también —respondió subiendo los brazos a su espalda.

Suga resopló con fastidio desde el extremo opuesto en el que Seokjin estaba apoyado.
—Está tocándolo demasiado —bufó.

—¿No deberías abrigarte un poco más? —preguntó distanciándose al notar que el muchachito tenía nada más que una remera y su mochila.

—No hace frío hoy, hyung —le sonrió.

Tae hizo una mueca.
—Bien, quizás hoy no. ¡Adelante, ven! —le permitió pasar, antes de cerrar la puerta.

—Hola —saludó el mayor educadamente.

Jungkook se sentó y empezó a sacar carpetas, cuadernos y su portátil, dejándolos sobre la mesa.
—Hola —respondió sin mirarlo.

—Esto no me gusta. No me gusta nada —dijo el guía.

Seokjin frunció los labios, contando mentalmente hasta diez para no reprochar aquella altanera actitud.

—Cielo, ¿por qué no me ayudas a empacar? —sugirió entendiendo que su novio y su amigo no eran una buena combinación.

—Sí, eso haré —el castaño se metió en el cuarto sin rechistar, dejándolos a solas. Suga fue tras él.

Taehyung se sentó frente al recién llegado, listo para ayudarlo.

—Volvieron —comentó sin mirarlo, y sin reparar en el pequeño detalle de lo de "empacar".

—¿Nosotros? Sí, así es —sonrió ampliamente afirmando los codos sobre la mesa—. Al fin estamos juntos otra vez...

El menor finalmente posó sus ojos sobre los de su amigo.
—Es bueno verte animado.

—¿Cómo podría no estarlo?, estoy tan perdidamente enamorado, Kook —suspiró mirando distraídamente hacia arriba—. Y muy, muy feliz.

La imagen tan reconfortante del rubito que sostenía su rostro con una mano mientras un ligero rubor se instalaba en sus mejillas era adorable. Jungkook no podía cuestionar nada, aun si no estaba del todo de acuerdo. Temía que su estado fuese efímero, que aquel infeliz que estaba ahora en su habitación volviera a jugar con él.

—¿Has comido?

—Sí, ¡Jinnie cocinó para mí! También tomé mis medicinas, y hace no mucho me di un baño. Es como si mi energía hubiese regresado. Me siento ligero, fuerte y saludable —declaró, ahora sujetándose los tobillos con las piernas cruzadas y balanceándose levemente—. Bueno, puede que solo sea una sensación, ¡pero no la había sentido en muchos días! ¡Eso debe ser algo bueno!

Jungkook escuchaba atentamente, sin poder quitarle los ojos de encima. El mayor había recuperado el brillo en su mirada miel. El entusiasmo en su voz era más que evidente, su sonrisa estaba llena de vida.

Era un poco frustrante entender que algo que a él le llevaba días de esfuerzo, Seokjin lo conseguía en apenas un par de horas. Taehyung estaba bien.

—S-si me decías que él estaba aquí, no hubiera venido a molestar —bajó la mirada.

—No molestas. Tú me lo decías cuando estabas con Jimin, y ahora lo entiendo —respondió—. Además quería verte.

Find Me [◇TaeJin/JinTae◇]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora