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John estaba agotado después de tener que arreglar el maldito sistema.

Sus piernas algo adormecidas al estar sentado en su puesto toda la mañana, tarde y resto de la noche.

Cerró el archivador de su escritorio, ahora no solo tenia que ordenar el resto de libros contables, si no también revisar otro montón de archivos.

Definitivamente jamás volvería a permitir que le dejen más trabajo nocturno.

Y para colmo la máquina de café había dejado de funcionar.

Dejando un tiempo para su ocio colocó sus codos en el tablero y apoyó su rostro en sus manos.

-Buenas noches.-

Al oír eso Lennon elevó su cabeza para toparse con el secretario de su jefe con un vaso de café en su mano extendida.

-Bueno...- -Es algo tarde y como la máquina ya no sirve pensé en traer uno-

Paul aún extendía el caliente café hacia el escritorio donde se encontraba el hombre.

John tomó el vaso con café de las manos del chico mirándolo y bajando despacio su cabeza y volviéndola a subir.

Su forma de decir gracias le agradaba a Paul.

-Te quedarás aquí toda la noche?-

El contrario volvió a asentir con su cabeza.

-Ya veo.-

Respondió viendo todo lo que el hombre tendría que hacer durante toda la noche. Sonrió tratando de dar ánimos al contrario.

El castaño le dio un sorbo al café y colocando una mano sobre el escritorio se colocó de pie algo tambaleante debido a las largas horas de haber estado sentado.

Al estar frente a frente, Paul solo atinó a tratar de ver tras esas redondas gafas.

-Oye..- -Mira lo del ascensor ya no importa.. no estoy molesto.-

Lennon subió sus hombros ligeramente aún viendo al otro chico.

-Supongo que es todo- -Buenas noches John.-

Sonrió y se dio la vuelta levantado un poco su mano en señal de despedida.

John no se movió de su puesto mientras veía al joven de pasos apurados ir tras el elevador. Y al encontrarse completamente solo nuevamente, observó el café entre sus manos.

Bebió un gran trago de café y suspiro preparándose para esa larga noche.

A la mañana siguiente unos pasos alegres se dirigían hacia el puesto de Winston.

Paul al notar que todo estaba ordenado y limpio supo que quizá ya se había ido.

Al ver el escritorio noto un trozo de papel que con tinta liquida color azul decía:

"Gracias."

McCartney sonrió muy contento con el pequeño papel entre sus manos.

A B C  [Mclennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora