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Últimamente los turnos nocturnos estaban por acabar a John.

Este, tras su último hallazgo gracias a su jefe, quería estar lo más lejos posible de Paul.

Había conseguido todo lo necesario.

Una pequeña cafetera, vasos de plástico y la aprobación del Sr.Martin para tener dichas cosas en su oficina.

Los últimos días había que había evitado a Paul ya no se sentía "enfermo".

John a pesar de siempre ser un ermitaño, ahora parecía ser peor que eso.

Claramente le encontraba gusto ser odioso con las personas, pero Paul sin embargo parecía no rendirse ante esa mala conducta.

Siguiendo con su trabajo a las altas horas de la noche, Winston estaba ya añorando su alcoba, el poder dormir plácidamente.

Aunque se sentía sorprendido, pues su plan había funcionado muy bien, ya que no le había visto el rostro ni una vez, esa sorpresa se convirtió en una extraña mezcla de todo.

Pero como las palabras son cortas, las bocas son miles y los rumores son imprescindibles, a los oídos de John llegó una noticia.

Pues que el secretario de su jefe sufrió un accidente.

Lennon trato de convencerse que no era importante, pues una semana después apareció.

Con su regordeta carita con muchos raspones, un diente roto, labios inflamados y muchas heridas más que de seguro por la ropa no se llegaban a captar.

John al verlo sintió un poco de molestia e su estómago, y sus manos sudar.

De seguro su fiebre volvería.

A B C  [Mclennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora