Capítulo 4

108 7 5
                                    

Cojo el móvil, pensando en que debo calmarme, él no debe notar en mi voz que he estado llorando, ha quien quiero engañar, que sigo llorando, descuelgo el móvil temblorosa y contesto, su voz hace que en mi cara crezca una amable y sincera sonrisa.

- Llamaba por preocupación, espero no molestarte. - dice con un tono de alivio en su voz porque haya contestado.

- No pasa nada, gracias por preocuparte. - río falsamente.

- Perdona por la observación, pero esa risa no ha sonado como las que has tenido conmigo en el parque, ¿estás bien? - dice sin que se le trabe la lengua.

¿Cómo ha reconocido que esa no era mi risa? Me está sorprendiendo de todas las maneras posibles, cómo, eso debería preguntarme, pero ahora debo inventar una excusa rápida, vamos Señorita Sabelotodo, sí Carla, estás tardando en imaginar algo.

- No, para nada, estoy genial. - digo confiada en que se lo creerá - A mí en llamadas, audios y cosas que tengan que ver con micros en el móvil me cambia muchísimo la voz.

¡Ufff! Buena excusa, Señorita Sabelotodo.

- ¿Está segura? Bueno, confiaré en ti, aunque mi instinto nunca falla.
Se le escucha reír al otro lado de la línea e instantáneamente yo río también

Se lo ha tragado, no del todo, pero lo hizo. No Daniel, tu instinto no suele fallar, dice mi subconsciente, mirándome chula y con esa sonrisa pícara, con la intención de darme una lección.
He conseguido exquivar de muy mala manera la preocupacion por mí, la señorita Sabelotodo sabe mentir demasiado bien, supongo que será la práctica que tengo ya, son varios años fingiendo continuamemte. He intento quitarme de encima la llamada para que no se note el veradero estado de ánimo en el que estoy.

- Bueno, tengo que hacer par de cosas, luego hablámos por whatsapp si te apetece. - me excuso, espero que cuele.

- Claro preciosa, yo también tengo que hacer par de cosas, soy un chico ocupado. - afirma. - Por cierto, no cantes victoria Carla.

¿Preciosa? ¿Qué no cante victoria? ¿Victoria de qué? Me confunde, impresionante lo que este chico puede hacer en mí.

- ¿Por qué no debo cantar victoria? - digo confusa.

- Porque sé que no estás bien.

¡¿Qué?! Cómo lo ha sabido, quiero saber como se ha dado cuenta, es imposible, hasta hoy nadie se había dado cuenta, Alice no lo ha hecho y me conoce como la palma de su mano, esto es irónico.

- No entiendo, realmente estoy bien Daniel, gracias por preocuparte.

- Mi niña preciosa, sé más de lo que tu piensas, has cantado victoria porque cuando has pensado que yo me creí que estabas bien... - dice con ánimo de seguir hablando - Suspirastes y escuche tu sonrisa, y eso son síntomas de alivio.

Estoy sorprendida, es casi imposible que me conozca tanto, pero que digo, es imposible. Espero al menos que no sepa que soy... pues eso, un monstruo y no dejaré de serlo nunca, a este paso no. Pero prefiero disimular y hacerle creer que de verdad estoy bien.

- Pues siento decirte Daniel que tu hipótesis de que he cantado victoria, falla conmigo, porque no es cierto. - digo bastante confiada.

- ¿Estás segura? - Noto que sonríe. - Asómate.

Definitivamente no me lo creo, me dispongo a asomarme pero recuerdo que tengo el rimmel corrido, los ojos rojos de llorar y que mi pelo está asqueroso y recogido en una coleta larga. Me miro rápidamente al espejo que tengo justo al lado de la ventana mientras mi subconsciente me mira y me dice que tengo muchísima suerte de tenerlo ahí y sonrío falsamente. Corro la cortina y abro la ventana suavemente, me asomo con esa falsa sonrisa y ahí está, plantado en mi calle, es tan encantador. Cuando me mira, cuelga la llamada y baja el móvil lentamente hasta introducirlo en su bolsillo derecho del vaquero que lleva puesto, me sonríe, su sonrisa es tan... tan perfecta que podría seguir observándola el resto de mi vida sin cansarme nunca.

- Qué, no piensas bajar. - me grita desde la calle, sonriente.

- Bajar para qué Daniel, ¿y cómo es que sabes dónde vivo?

Intento ser fuerte a su sonrisa pero es en vano, me tiene totalmente atrapada.

- Ya te lo he dicho, sé más de lo que tu piensas. - sonríe, pero ahora con una sonrisa pícara.

- Está bien Daniel, pero que conste que usted me ha obligado. -sonrío y cierro la ventana a la vez.

Me miro al espejo y ya no sonrío falsamente, he entrado en su mundo, un mundo que no es oscuro, no tiene sangre, ni cortes, ni cuchillas, es totalmente diferente al mío, pero es cierto que no me cuesta entrar porque él me ha facilitado la entrada a su mundo. Me hago otra coleta pero un poco más firme para que no caiga, me arreglo la cara para que no se note que he llorado y me pongo una blusa de lino blanca, cómo no, de manga larga. Estiro las mangas con torpe pulso, ya que me duele al rozar las heridas. Bajo las escaleras con una sonrisa de oreja a oreja y lo más bonito es que no es falsa, me la causa él, cojo las llaves y noto que mi madre me está mirando, pero no me preocupo y salgo por la puerta y ahí está Daniel, esperándome.

_________________________________________

Hola bellezones que acabáis de leer este capítulo, siento el retraso inesperado de este capítulo, no he tenido el móvil en mis manos durante todo el fin de semana y problemas con el internet, bueno prefiero no aburriros con esto.

En fin, la buena noticia es que ya está subido jijiji y otra buena noticia es que el capítulo 5 ya se encuentra escrito y el 6 está a mitad (sonrisa pícara).

Otra vez esta chica tan aburrida os da las gracias por encontraros leyendo esta novela en la que yo me encuentro nueva publicando estas cosas, comentarios, preguntas, cualquier cosa ayuda y encantada de responder.

Gracias a mi gente, por apoyarme en las malas y en las buenas y sobretodo, gracias a vosotros lectores.

Os amo!!!

Toda vida tiene finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora