Capítulo 2

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Dejo el móvil sobre mi escritorio y comienzo a bajar las escaleras, mi hermano pequeño me está mirando con recelo, para ver como bajo las escaleras, parece vigilar si me caeré para tener un buen momento de risa o simplemente buscar algo que haga mal para ir a chivarlo a la jefa suprema. Le miro mal.

- ¿Qué se supone que tienes que mirar con tanto interés, Rafa? - le digo en tono sarcástico.

- Lo fea que eres Carla. - se ríe y desaparece por la puerta del salón.

Maldito enano, sólo diez años y es tan arrogante a veces, pero le quiero, es mi hermano y debo cuidarlo.

                                                                          *  *  *     

Como me he despertado tarde no tengo hambre y mi padre me dice que le sirva el almuerzo a Rafa. Darle el almuerzo a mi hermano es lo peor que puede existir, siempre pone pegas y no come nada, pero doy por hecho que cuando sea mayor, será muy guapo, como la hermana. Mi subconsciente me mira con una sonrisa de medio lado.

Ha pasado casi una hora desde que empezó a comer y dice que no le apetece seguir comiendo, si algún día tengo un hijo pido por favor que no se parezca en nada a mi hermano, al menos en estas cosas no, es agotador.

Le digo que abandone la mesa y que se dirija al baño a cepillarse los dientes con la amenazan de que le saldrán caries sino lo hace, mientras yo, que parezco la asesora de mi hermano pequeño, recojo sus platos y los cubiertos.

Cuando mi hermano termina me dice que si quiere que juegue con el a la PlayStation3 con el juego del Fifa13, sí, mi hermano es otro de esos muchos enanos locos por el fútbol. Pero como no tengo nada mejor que hacer decido jugar con él y cuando me doy cuenta ya son las 16:49.

Mi madre está sentada en el sillón sin quitar ojo de su móvil, pero al oírme pasar levanta la mirada y me hace un gesto señalando a mi hermano. ¿Qué quieres ahora jefa suprema? me dice mi subconsciente.

- ¿Qué desea señora madre? - digo con cierto tono irónico y mirando a mi hermano de reojo para que se ría.

Mi madre me mira mal.

- Lleva a tu hermano al parque, ahora. - dice con cierto enfado.

Intenta reprocharle que no irás porque estás muy enfadada con ella, me dice mi subconsciente que está sentada en la cama de brazos y pies cruzados con cara de que haga lo que me está ordenando ya, pero hago desaparecer esa idea de mi mente y obedezco a mi madre.

Cojo el jersey de mi hermano por si hace algo de fresco en la calle mientras mando a mi hermano a que se prepare, entro al baño a recogerme el pelo en una bonita coleta. Mi pelo es degradado, rubio y me llega a las caderas, es una de las pocas cosas que amo en mí. Busco las gafas de sol, son RayBan, me siento importante cuando las llevo puestas, porque ahora son tendencia.

- Rafa, ¡baja ya! - le grito a mi hermano para que se de algo de prisa.

- Me quedan las playeras... - dice en un tono de desesperación. - No salgas aún, he quedado con Claudia. - dice satisfecho mientras se arregla el pelo.

Cojo las llaves mientras mi hermano se despide con un beso fugaz en la mejilla de mi madre y salimos por la puerta sin mirar atrás, me entra una curiosidad enorme por saber quien es esa tal Claudia de la que mi hermano habla con una sonrisa por el camino, así que decido preguntarle por ella.

- Es guapa, muy guapa. - parece estar enamorado con diez años, es bonito ver a tu hermano pequeño sonreír y sobretodo es muy agradable.

- Sigo sin saber mucho de ella eh. - digo en tono irónico y río de buena gana mientras Rafa me mira expectante con recelo. - A ver, a parte de ser muy guapa, ¿cómo la conociste? - pregunto con mucho interés.

Toda vida tiene finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora