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— ¿Quiénes son los que discuten? —había preguntado, tratando de no sonar como un completo entrometido, aunque eso parecía ser algo difícil.

Su mirada cansada se posó en la mía y se encogió de hombros. Se había abrazado así misma, ambos a un metro de distancia con la vista hacia los demás edificios que estaban cerca.

—Uhm, mi papá y mi hermana mayor —en su rostro se mostró confusión por un momento—. Basura familiar, supongo —decidió aclarar.

Sabía que tenía que cambiar el tema porque se veía que no estaba cómoda, lo entendía, tampoco quería hacerla sentir peor de lo que ya estaba.

—Nunca te había visto por el lugar...

—No suelo salir de mi apartamento —me había cortado para decir eso con tono serio. Se aclaró la garganta y sus ojos se toparon con los míos. Para ser honesto, no podía dejar de verla y preguntarme qué era lo que andaba mal, más allá de su disfuncional familia o su aspecto triste. Quería saberlo todo sobre ella por muy tonto que sonara—. Solía sufrir de agorafobia.

Esas palabras me habían caído como bloques de concreto. En ningún momento me esperé que comenzara a decir aquello y no es que la juzgara, pero me sorprendió el hecho de que me lo estuviese contando. A mí.

No supe qué decir y odié eso.

—Pero lo estoy superando.

Para los que no sepan qué es agorafobia: es el miedo irracional a espacios abiertos y a las situaciones a las cuales podrías exponerte, haciendo que te quedes encerrada en casa, con miedo al exterior.

blooming | lrh [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora